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Carta 193

Teresa de Ávila

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6 de mayo 1577 (Toledo)
A la M. María de San José

De Sevilla han llegado «lindos regalos» y la noticia de la muerte de una novicia angelical; además, cartas para Gracián, que se acerca a Toledo, y consultas de madre María a la Santa sobre la clausura, el entierro y la dote de la novicia difunta, la admisión de una nueva aspirante. — La Santa: sigue enferma, con harto ruido en la cabeza: «háceme mucho mal (el) escribir»; está con ella otra enferma grave, la priora de Malagón: «me ha de hacer harta compañía». (Por otra parte sabemos que la tuberculosis hace pasar malas noches a la pobre compañera: c. 194, 3).

Para la madre priora María de San José.
1. Jesús sea con vuestra reverencia y le pague tantos y tan lindos regalos. Todo vino muy sano y bueno. Porque con el recuero diré de esto más, y en ésta sólo diré las cosas que importan.
2. A ese ángel1 he habido envidia. Sea Dios alabado, que tan presto mereció gozar de El, que cierto yo no lo dudo. De todas las demás cosas crea que fue frenesí bien conocido. Ningún caso haga de ellas ni las diga, ni de lo que dijo Beatriz2 tampoco. De su mucha caridad he yo hecho mucho. Encomiéndemela, y agradézcaselo de mi parte, y a su madre3, y a todas me encomiende.
3. Harto cuidado me da esa calentura de vuestra reverencia y el mal de la supriora4. Bendito sea Dios que así quiere ejercitarnos este año y dar a vuestra reverencia tantos trabajos juntos; y lo peor es la poca salud, que cuando la hay todo se pasa. Envíeme a decir con brevedad cómo tiene las calenturas vuestra reverencia, y la supriora también. Plega al Señor no sea el mal tan a la larga como suele, que están tan pocas que no sé cómo se ha de pasar. Dios lo provea como puede, que con harto cuidado estoy.
4. En lo que dice del enterrarse, sepa que está muy bien hecho5. En la claustra las enterramos acá, y así he de procurar con nuestro padre6 lo mande, que es de monjas muy abiertas lo demás; así que tuvo gran razón el padre Garciálvarez7 (déle mis encomiendas), y en el entrar a esa necesidad8, también; que eso no, que sería mejor ser siempre el padre Garciálvarez; que el monasterio está tan lejos que no sé cómo ha de ser, y aun tengo por mejor al padre Garciálvarez, pues es el que es y las confiesa siempre. Yo lo trataré ahora con nuestro padre y le enviaré una licencia, que antes de Pascua9 le veré, siendo Dios servido; porque ya le ha enviado a llamar el nuncio10que venga, y buenos parece que van los negocios. Mire qué alegre estaré. Ha ido a Caravaca y Beas.
5. Esa carta le envío de Alberta11, para que sepa cómo están. Aún no acabamos con aquel monasterio. Encomién-delo a Dios, y a las de Beas, que me tienen con harta pena de sus pleitos.
6. Luego tuve ayer, que recibí su carta, con quien la enviar a nuestro padre; ahora le pagaré el cuidado que ha tenido con las mías, en lo que estuviere acá12. La freila13tome, y aun plega a Dios se puedan con sola ella valer, que ya dije a nuestro padre se lo escribiría que la tomase.
7. En lo que toca a la renunciación de la buena Bernarda, esté advertida que, como tiene padres, no hereda el monasterio, porque heredan ellos. Si ellos murieran antes que ella, heredaba el monasterio. Esto es cierto, que lo sé de buenos letrados; porque padres y abuelos son herederos forzosos, y, a falta de ellos, el
Ver manuscrito
monasterio. A lo que estarán obligados es a dotarla, y, si no saben estotro por dicha, alabarán a Dios de que se quieran concertar con ellos. Al menos si diesen conforme a la fianza que tenían hecha para pagarlo, sería gran cosa. Allá verá lo que puede hacer en esto, que dejar de dar algún dote no conviene.
8.El padre Nicolao14verá lo mejor. Encomiéndemele mucho, y a el padre fray Gregorio15y a quien más mandare, y quédese con Dios, que aunque estoy algunos días harto mejor de la cabeza, ninguno sin harto ruido, y háceme mucho mal escribir.
9.La madre priora de Malagón16me ha de hacer harta compañía, sino que me lastima mucho ser el mal tan sin esperanzas, aunque mucha es la mejoría, que come mejor y se levanta; mas, como no se le quita calentura, no hay que hacer de ella mucho caso, según dice el doctor. Dios todo lo puede y podría hacernos esta merced: pídanselo mucho. Porque ella escribe, no digo más de ella.
Son hoy 6 días de mayo.
Indigna sierva de vuestra reverencia,
Teresa de Jesús.
10.A mi Gabriela17me la dé un gran recaudo. Harto me holgué con su carta y huelgo de que tenga salud. Désela Dios a todas como puede, amén, amén.
Ver manuscrito

1. Ese ángel: Bernarda de San José, novicia en Sevilla (de quien pidió noticias en la carta 190), muerta el 21 de marzo. Era «de muy linda disposición y hermosura».
2. Beatriz de la Madre de Dios: nuevos indicios de su exaltación y dese­quilibrio.
3. Su madre (de Beatriz?): Juana de la Cruz, monja en las descalzas de Sevilla.
4. Supriora de Sevilla: María del Espíritu Santo.
5. Madre María ha resistido a las presiones de fuera para enterrar a la H. Bernarda en la iglesia.
6. Jerónimo Gracián.
7. Garciálvarez confesor de la comunidad.
8. Entrar en clausura con motivo de la enfermedad y entierro de H. Bernarda.
9. Pascua de Pentecostés: 26 de mayo.
10. Nicolás Ormaneto.
11. Ana de San Alberto, priora de Caravaca.
12. Cortesía y amor: madre María ha hecho de estafeta en Sevilla, entre la Santa y Gracián; ahora que Gracián viene hacia Toledo, la Santa hará otro tanto con M. María.
13. Freila: hermana no corista. Es Juana de San Bernardo.
14. Nicolás Doria, ahora novicio carmelita en Los Remedios (Sevilla).
15. Gregorio Nacianceno.
16. Brianda de San José, gravemente enferma, que por fin ha venido al convento de Toledo.
17. Leonor de San Gabriel.

S.178  E.188  Lf.151  A.II 89  T.230

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Santa Teresa de Jesús

Santa Teresa de Jesús nace en Ávila un 28 de marzo de 1515, siembra nuevos Carmelos por los caminos de España, vive una experiencia mística plena, que luego transmite en múltiples escritos y un nutrido epistolario. Doctrina y magisterio que avalará la Iglesia incluyéndola en el Catálogo de sus Santos y otorgándole, pro vez primera a una mujer, el título de Doctora.

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