• Skip to primary navigation
  • Skip to main content
  • Skip to footer
  • Descubre Grupo Fonte
  • MONTE CARMELOLeer
  • EDELeer
  • CIPEMeditar
  • IEDEstudiar
  • REVISTASDivulgar
  • EVANGELIO ORADOEscuchar
  • ¿Quiénes Somos?
  • Buscador
  • Enlaces
  • Contacto

Carta 23

Teresa de Ávila

Website "muy peculiar" del mundo teresiano

  • La obra y sus
    manuscritos
  • Santa Teresa
    en 100 fichas
  • Diccionario
    teresiano
mediados diciembre 1569 (Toledo)
A doña Juana de Ahumada

Ha llegado a Toledo Juan de Ovalle. Será el portador de la carta. Viene de Sevilla, donde ha cobrado una cantidad de dinero que Lorenzo de Cepeda quiere colocar en España (ver carta 24, 5...). Ha cobrado también cien pesos para Juana y otros cien para la Santa. Pero el matrimonio Ovalle anda muy alcanzado económicamente; se lo confiesa Teresa al hermano de América: «cuán a buen tiempo hizo la merced a mi hermana, que yo me he espantado de los trabajos de necesidad que la ha dado el Señor... y así la quiera dar ya alivio» (c. 24, 11). A eso se deben las aclaraciones de la Santa sobre las obligaciones de su voto de pobreza (véase la nota 3).

1. Jesús sea con vuestra merced. Bobería sería, por no estorbar su contento de vuestra merced con leer mi carta, no gastar yo tiempo en escribir con tan buen mensajero1. Bendito sea nuestro Señor que tan bien lo ha hecho. Plega a Su Majestad se haga así en lo que falta.
2. ¿No ve cómo, aunque no han querido, se han ofrecido cosas necesarias para venir aquí mi hermano?2y aún habrá de venir quizá otra vez por los dineros, aunque podrá ser haber con quien se envíen. Nuevas llevará de su hijo. Bueno anda ahora el negocio de contentos; así ande el aprovechamiento del alma. Confiésese para Navidad, y encomiéndeme a Dios.
3. ¿No ve cómo, aunque más hago, no quiere Su Majestad que sea pobre?3 Yo le digo, cierto, que me da en parte disgusto harto, si no es por no andar con escrúpulo cuando he de hacer alguna cosa. Y así, pienso ahora de algunas naderías que le traía pagar, y dejar algo, o lo más, gastado en la misma Orden, y tener cuenta para, si quisiere hacer algo que sea fuera de ella, no andar en estos escrúpulos. Porque si lo tengo, con la necesidad grande que veo en la Encarnación4no podré guardar nada, y aun por mucho que haga no me darán cincuenta ducados para esto que digo; que se ha de hacer, no a mi voluntad, sino a lo que sea más servicio de Dios. Esto es cierto. Su Majestad nos tenga de su mano y la haga santa y dé buenas Pascuas.
4. Estos asientos que dice mi hermano5, no me contentan. Es andar fuera de su casa, y gastar más que ganar, y estarse vuestra merced sola, y todos desasosegados. Esperemos ahora lo que hace el Señor. Procuren contentarle, que El hará sus negocios. Y no se les olvide de que todo se acaba; y ni haya miedo les falte a sus hijos si contentan a Su Majestad. A Beatriz me encomiendo6. El me los guarde. Amén.
5. Una cosa la pido, por caridad: que no me quiera para provecho del mundo, sino para que la encomiende a Dios; porque en otra cosa (aunque más diga el señor Godínez)7yo no he de hacer nada, y dame mucha pena. Yo tengo quien gobierne mi alma, y no por la cabeza de cada uno. Esto digo por que responda cuando algo la dijeren, y entienda vuestra merced que, para como está ahora el mundo y en el estado que me ha puesto el Señor, mientras menos pensaren que hago por ella, mejor me está a mí, y esto conviene al servicio del Señor. Cierto que con no hacer nada, si tantico imaginasen, dirían de mí lo que oigo de otros, y así ahora que me trae esa nonada es menester aviso.
6. Crea que la quiero bien y alguna vez hago alguna nadería a tiempo que la cae en gracia; sino que entiendan, cuando la dijeren algo, que yo, lo que tuviere, lo he de gastar en la Orden, porque es suyo. Y ¿qué tienen que ver en esto? Y crea que, quien está en los ojos del mundo tanto como yo, que aun lo que es virtud es menester mirar cómo se hace. No podrá creer el trabajo que tengo. Y, pues yo lo hago por servirle, Su Majestad me mirará por vuestra merced y sus cosas.
7. El me la guarde, que me he estado mucho y han tañido a maitines. Yo le digo, cierto, que en viendo una cosa buena de las que entran, la tengo delante, y a Beatriz, y que nunca he osado tomar ninguna, aun por mis dineros.
Suya,
Teresa de Jesús, carmelita.

1. Mensajero: el marido de Juana, Juan de Ovalle, que regresa de Sevilla a Alba.
2. Mi hermano: el mismo Juan de Ovalle (cuñado).?—?Los dineros: la suma enviada por Lorenzo a la Casa de Contratación en Sevilla. Véanse detalles en la carta 24, 11 nota.?—?Su hijo: Gonzalito.
3. Alude al dinero que Lorenzo de Cepeda le ha mandado y que de Sevilla ha traído el cuñado. Recuérdese que la Santa y sus monjas de Toledo sufren una pobreza extrema: «...ni una seroja de leña no teníamos para asar una sardina... Parecerá imposible, estando en casa de aquella señora que me quería tanto, entrar con tanta pobreza... Duró poco (la alegría de tanta pobreza)». Es el momento en que llegan, también los cien pesos de Lorenzo: «...así sentía la pena de que se nos iba acabando la pobreza y mis compañeras lo mismo, que como las vi mustias, les pregunté qué habían, y me dijeron: qué hemos de haber, Madre, que ya no parece somos pobres» (Fund. 15, 14). Es el contexto que encuadra y explica el resto de la carta. Sobre sus «escrúpulos» en tema de pobreza, ver las confidencias que hace a Lorenzo en esta misma ocasión (carta 24.11).
4. El monasterio de la Encarnación de Avila, del que es hija la Santa.
5. Mi hermano: Juan de Ovalle.?—?Estos asientos: operaciones bancarias o cobro de censos ideado por el cuñado.
6. Beatriz: la hija de Juana, niña de 9 años. La misma del n. 7.
7. Gonzalo Godínez, hermano de Juan de Ovalle.

S.18  E.23  Lf.17  A.II 51  T.19

Volver
Cerrar

Footer

Santa Teresa de Jesús

Santa Teresa de Jesús nace en Ávila un 28 de marzo de 1515, siembra nuevos Carmelos por los caminos de España, vive una experiencia mística plena, que luego transmite en múltiples escritos y un nutrido epistolario. Doctrina y magisterio que avalará la Iglesia incluyéndola en el Catálogo de sus Santos y otorgándole, pro vez primera a una mujer, el título de Doctora.

Editorial Monte Carmelo Grupo Editorial Fonte
  • Paseo Empecinado, 2. 09080 Burgos (España)
  • 34-947 256 061
  • editorial@montecarmelo.com
  • www.montecarmelo.com
  • Copyright © 2022 Monte Carmelo
  • Todos los derechos reservados
  • Aviso legal
  • Política de cookies