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Carta 297

Teresa de Ávila

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10 junio 1579 (Avila)
Al padre Jerónimo Gracián

Es la semana de Pentecostés. Ha vivido la fiesta con intensidad, Gracián ha aceptado dejarse sentenciar sin culpa, por el bien de «su pueblo», la Reforma. Con ello se aclara el horizonte. Alegría «y muy continuo contento». Ella, «pobre vejezuela», está lista para el viaje a Malagón y aun al cabo del mundo. Vive en presencia de Cristo: «siempre le parece está cerca». Alusiones al cielo. Pero mi pascua «aún no ha llegado». — Tiene que reprimir la pluma, para no contar ciertas cosas: «que temo esto de cartas, para cosas del alma» especialmente. Gracián deberá «en todo caso» romper luego este papel. — De hecho, Gracián anotó y acotó varios pasajes. No lo destruyó. Se ha perdido la última parte del autógrafo (a partir del n. 7). Nombres cifrados: Pablo (Gracián), el Padre José(Jesucristo).

1. Jesús. — La gracia del Espíritu Santo sea con vuestra paternidad, mi padre, y le haya dado esta Pascua1 tantos bienes y dones suyos que pueda con ellos servir a Su Majestad lo mucho que le debe en haber querido que tan a su costa de vuestra paternidad vea remediado su pueblo2. Sea Dios por todo alabado, que cierto hay bien que pensar y que escribir de esta historia.
2. Aunque no sé las particularidades de cómo se ha concluido, entiendo debe ser muy bien; al menos si el Señor nos deja ver provincia, no se debe haber hecho en España con tanta autoridad y examen, que da a entender quiere el Señor a los descalzos para más de lo que pensamos. Plega a Su Majestad guarde muchos años a Pablo3para que lo goce y trabaje, que yo desde el cielo lo veré, si merezco este lugar.
3. Ya trajeron la carta de pago de Valladolid4. Harto me huelgo vayan ahora esos dineros. Plega al Señor ordene que se concluya con brevedad; porque, aunque es muy bueno el prelado que ahora tenemos5, es cosa diferente de lo que conviene para asentarse todo como es menester, que en fin es de prestado.
4. Por esa su carta verá vuestra paternidad lo que se ordena de la pobre vejezuela6. Según los indicios hay, puédese sospechar que es más el deseo que estos mis hermanos calzados deben tener de verme lejos de sí, que la necesidad de Malagón. Esto me ha dado un poco de sentimiento, que lo demás, ni por primer movimiento —digo el ir a Malagón—, aunque el ser por priora me da pena, que no estoy para ello, y temo no faltar en el servicio de nuestro Señor. Vuestra paternidad le suplique en esto esté yo siempre entera, y en lo demás, venga lo que viniere, que mientras más trabajo más ganancia. En todo caso, rompa vuestra paternidad luego
Ver manuscrito
esa carta.
5.Harto consuelo me da que esté vuestra paternidad tan bueno, sino que no le querría con la calor ver en ese lugar. ¡Oh, qué soledad me hace cada día más para el alma estar tan lejos de vuestra paternidad!, aunque del padre José7siempre le parece está cerca, y con esto se pasa esta vida bien sin contentos de la tierra y muy continuo contento. Vuestra paternidad ya no debe estar en ella, según le ha quitado el Señor las ocasiones y dádole a manos llenas para que esté en el cielo. Es verdad que mientras más pienso en esta tormenta y en los medios que ha tomado el Señor, más me quedo boba; y si fuese servido que esos andaluces8se remediasen algo, tendría por merced particular que no fuese por manos de vuestra paternidad, como no lo va el apretarlos, pues ha sido el todo para su remedio; y esto he deseado siempre. Hame dado gusto lo que me escribe el padre Nicolao9en este caso, y por eso lo envío a vuestra pater-nidad.
6.Todas estas hermanas se le encomiendan mucho. Harto sienten pensar si me he de ir de aquí. Avisaré a vuestra paternidad de lo que fuere. Encomiéndelo a nuestro Señor mucho, por caridad. Ya se acordará de lo que murmuran estas mis andadas10después, y quién son, ¡mire qué vida!, aunque esto hace poco al caso.
7.Yo he escrito al padre vicario11los inconvenientes que hay para ser yo priora, de no poder andar con la comunidad y en lo demás; la verdad que ninguna pena me dará ir en cabo del mundo, como sea por la obediencia; antes, creo, mientras mayor trabajo fuese, me holgaría más de hacer siquiera alguna cosita por este gran Dios que tanto debo; en especial, creo es más servirle cuando sólo por obedecer se hace, que con el mi Pablo12bastaba para hacer cualquier cosa
Ver manuscrito
con contento, el dársele. Hartas pudiera decir que me dieran contento, sino que temo esto de cartas, para cosas del alma en especial.
8.Para que vuestra paternidad se ría un poco, le envío esas coplas que enviaron de La Encarnación, que más es para llorar cómo está aquella casa; pasan las pobres entreteniéndose13. Como gran cosa han de sentir verme ir de aquí, que aún tienen esperanza14, y yo no estoy sin ella, de que se ha de remediar aquella casa.
9.Con mucha voluntad han dado los doscientos ducados las de Valladolid, y la priora15lo mismo, que si no los tuviera los buscara; y envía la carta de pago de todos cuatrocientos. Helo tenido en mucho, porque verdaderamente es allegadora para su casa; mas ¡tal carta le escribí yo!16
10.La señora doña Juana17me ha caído en gracia cómo la ha conocido —que me ha espantado—, que me escribe la tiene algún miedo, porque daba los dineros sin decírselo; y verdaderamente que en lo que toca a la hermana María de san José18siempre la he visto con gran voluntad, que, en fin, se ve la que a vuestra paternidad tiene.
Dios le guarde, mi padre, amén, amén.
11.Al padre rector19mis encomiendas, y al padre que me escribió este otro día, lo mismo.
Fue ayer postrer día de Pascua. La mía aún no ha llegado.
Indigna sierva de vuestra paternidad,
Teresa de Jesús.

1. El 7 de junio ha sido Pascua de Pentecostés. La víspera tiene «un ímpetu y hervor grande de espíritu» en la ermita de Nazaret, y recibe del Señor los «cuatro avisos» para los descalzos (R. 67). — «Y dones»: lo ha añadido ella misma entre líneas.
2. Su pueblo: la Reforma. «Remediado... tan a su costa», porque Gracián ha aceptado la propuesta de los jueces: dejarse sentenciar sin culpa, para poder erigir la provincia de los descalzos. Cuenta Gracián: «como vieron (los dos jueces) que el Nuncio se resolvió en que no se trataría de la provincia... sin que primero el Nuncio me sentenciase, vinieron a mí diciendo que, conforme a su conciencia, no me podían sentenciar en ninguna pena sin que se hiciesen nuevas informaciones, y que mientras se tardaban en hacer, se desharía lo principal de la provincia; que si yo como religioso quisiese —como por mortificación— tomar alguna pena regular, que ellos (supuesta mi voluntad) vendrían en ello y no de otra manera: y así salió la sentencia que dije, dándose de todo parte al Rey...» (Peregrinación de Anastasio, diál. 10).
3. Pablo Gracián.
4. Son los 200 ducados que había pedido al carmelo de Valladolid para tramitar en Roma la erección de la provincia. «Tomará esos 200 ducados de los del dote de la hermana María de San José (Gracián), con que de esa casa se envíe carta de pago» (c. 295, 3).
5. El carmelita calzado Angel de Salazar, nombrado por Sega y confirmado (el 29.5.79) por el Vicario General J. B. Caffardo. — Es superior «prestado». Por eso urge «que se concluya» la separación de provincia. — De hecho A. de Salazar se opondrá secretamente a este último proyecto (cf. MHCT, t. 2 pp. 140-143).
6. Esa carta: del padre Angel de Salazar, con orden de trasladarse a Malagón, pero siguiendo un extraño itinerario: Avila, Valladolid, Salamanca, Malagón. (Véase el resumen de la carta de Salazar en la c. 296, 3 y c. 81). — Tenía la Santa 64 años.
7. El padre José: (Jesucristo).
8. Provincia de carmelitas calzados de Andalucía, en que Gracián actuó de visitador.
9. Nicolás Doria.
10. Murmuraciones contra sus salidas de clausura. De hecho en Avila cumplía la sentencia de reclusión o limitación de «andanzas», impuesta por el capítulo general de Placencia.
11. Angel de Salazar.
12. Pablo: Gracián.
13. Las carmelitas de La Encarnación de Avila: siguen divididas desde la penosa elección de priora (oct. 1577).
14. Esperanza de tener a la Santa por priora.
15. María Bautista. El donativo ha sido decidido por la comunidad de Valladolid. Los 200 ducados son parte del regalo del Rey para la dote de María de San José (cf. c. 292 nota 18).
16. Tal carta: es la carta 295.
17. Juana Dantisco, madre de Gracián.
18. Hermana de Gracián, monja en Valladolid.
19. Elías de San Martín, rector del colegio de descalzos de Alcalá.

S.278  E.276  Lf.239  A.I 25  T.137

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Santa Teresa de Jesús

Santa Teresa de Jesús nace en Ávila un 28 de marzo de 1515, siembra nuevos Carmelos por los caminos de España, vive una experiencia mística plena, que luego transmite en múltiples escritos y un nutrido epistolario. Doctrina y magisterio que avalará la Iglesia incluyéndola en el Catálogo de sus Santos y otorgándole, pro vez primera a una mujer, el título de Doctora.

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