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Carta 304

Teresa de Ávila

Website "muy peculiar" del mundo teresiano

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    en 100 fichas
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    teresiano
22 de julio 1579 (Valladolid)
A la M. María de San José,

Queda zanjado el penoso episodio de Sevilla. Madre María ha aceptado de nuevo el cargo de priora. Ella y varias hermanas de la comunidad han escrito a la Santa, acertando «a darle contento». Tienen en puertas más aspirantes carmelitas. — La Santaestá contenta de sus carmelos de Castilla: «están que es para alabar al Señor, de todo». De nuevo lista para el viaje.

1. Jesús. — La gracia del Espíritu Santo sea con vuestra reverencia, hija mía. ¡Y con cuánta razón la puedo llamar así! Porque aunque yo la quería mucho, es ahora tanto más que me espanta, y así me dan deseos de verla y abrazarla mucho. Sea Dios alabado, de donde viene todo el bien, que ha sacado a vuestra reverencia de batalla tan reñida con victoria. Yo no lo echo a su virtud, sino a las muchas oraciones que por acá se han hecho en estas casas por ésa. Plega a Su Majestad que seamos para darle gracias de la merced que nos ha hecho.
2. El padre provincial1 me envió la carta de las hermanas, y el padre Nicolao2la suya, por donde he visto que está ya vuestra reverencia tornada a su oficio, que me ha dado grandísimo consuelo; porque todo lo demás era no acabar de quietarse las almas. Vuestra reverencia tenga paciencia. Pues le ha dado el Señor tanto deseo de padecer, alégrese de cumplirle en eso, que ya entiendo no es pequeño trabajo. Si hubiésemos de andar a escoger los que queremos y dejar los otros, no sería imitar a nuestro Esposo, que, con sentir tanto en la oración del huerto su Pasión, el remate era: «Fiat voluntas tua». Esta voluntad hemos menester hacer siempre, y haga El lo que quisiere de nosotros.
3. Al padre Nicolao he pedido dé a vuestra reverencia los avisos que entiende que conviene, porque es muy cuerdo y la conoce, y así me remito a lo que su reverencia la escribiere. Sólo le pido yo que procure el menor trato que ser pueda fuera de nuestros descalzos (digo para que traten esas monjas ni vuestra reverencia sus almas); no se les dé mucho de que les hagan falta alguna vez; no siendo las comuniones tan a menudo, no se le dé nada, que más importa no nos ver en otra como la pasada. De los frailes, si quisieren mudar algunas veces alguna
Ver manuscrito
monja, no se lo quite. Tengo tan poco lugar que aun no la pensé escribir.
4.A todas me encomiende muy mucho y les agradezca de mi parte el buen conocimiento que han tenido3. El acertar a darme contento también les agradezco. La Virgen se lo pague y me las dé su bendición y haga santas.
5.Creo no han de poder dejar de tomar a la hija mayor de Enrique Freire4, porque se le debe mucho. Hará en esto conforme a lo que la dijere el padre Nicolao, a quien lo remito. La más chica en ninguna manera conviene ahora, así por la edad como porque en ningún monasterio están bien tres hermanas juntas, cuánto más en los nuestros que son de tan pocas. Váyalo entreteniendo diciendo que por la edad; no los desconsuele.
6.Cuando pudiere ir pagando a mi hermano5, sepa que tiene necesidad, porque ha tenido muchos gastos juntos; ya ve que se lo deben. ¡Oh, pues lo que ha sentido sus trabajos! Dios la dé el descanso que más le conviene para contentarle. Escríbame largo de todo, en especial de esas dos pobrecitas6, que me tienen con mucho cuidado. Muéstrelas gracia y procure por los medios que le pareciere, si pudiese, se viniesen a entender. Yo me partiré de aquí un día después de Santa Ana7, Dios queriendo. Estaré en Salamanca algunos de asiento. Pueden venir sus cartas a Roque Huerta8. Todas estas hermanas se le encomiendan mucho, y a todas. Harto las deben.
7.Están estos monasterios que es para alabar al Señor, de todo. Encomienden a Su Majestad lo de Malagón9y el negocio a que voy a Salamanca10, y no olviden a todos los que debemos en estos tiempos en especial.
Es hoy día de la Magdalena.
8.Las ocupaciones de aquí son tantas que aún no sé cómo he escrito ésta; ha sido en algunas veces, y a esta causa no escribo al padre fray Gregorio11, que lo pensé hacer. Escríbale ella un gran recaudo por mí, que estoy contenta que le haya cabido tan buena parte de esta guerra, que así le cabrá del despojo. Dígame cómo está nuestro buen padre el prior de las Cuevas12, para que vea cómo le he de escribir en estos negocios.
De vuestra reverencia sierva,
Teresa de Jesús.
Ver manuscrito

1. Más bien vicario general, Angel de Salazar (c. 301 nota 13).
2. Nicolás Doria, ahora prior de Pastrana, que regresa a Sevilla.
3. Buen conocimiento: buena conducta.
4. Tiene ya en el carmelo de Sevilla a su hija Blanca de Jesús María (c. 301, nota 8). Entrará luego una segunda, María de San José, profesa el 1.1.83. Y cuando Blanca ya ha pasado a la fundación de Lisboa, una tercera: Isabel de Santa Febronia.
5. Lorenzo de Cepeda, a quien no se le han devuelto los dineros adelantados para la fundación de la casa de Sevilla.
6. Esas dos: las causantes de los precedentes disturbios en la comunidad, Beatriz de la Madre de Dios y Margarita de la Concepción (ver c. 294).
7. No el 27, sino el 30 salió de Valladolid, camino de Salamanca pasando por Medina (ver c. 307, 2).
8. Roque de Huerta, el buen amigo de Madrid.
9. Lo de Malagón: la construcción de la nueva casa para la comunidad.
10. Complicado negocio de la compra de casa (ver c. 301, 3).
11. Gregorio Nacianceno, ahora vicario de Los Remedios (descalzo de Sevilla).
12. Prior de los cartujos, Hernando de Pantoja.

S.284  E.283  Lf.246  A.I 61  T.244

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Santa Teresa de Jesús

Santa Teresa de Jesús nace en Ávila un 28 de marzo de 1515, siembra nuevos Carmelos por los caminos de España, vive una experiencia mística plena, que luego transmite en múltiples escritos y un nutrido epistolario. Doctrina y magisterio que avalará la Iglesia incluyéndola en el Catálogo de sus Santos y otorgándole, pro vez primera a una mujer, el título de Doctora.

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