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Carta 342

Teresa de Ávila

Website "muy peculiar" del mundo teresiano

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8 mayo 1580 (Toledo)
A doña María Enríquez, duquesa

El duque de Alba (esposo de la destinataria) ha salido de la cárcel. Pero para alejarse de nuevo, al frente del ejército que avanza sobre Portugal.—Contra los jesuitas que han fundado en Pamplona (29 de abril) se ha amotinado el pueblo exigiendo su expulsión de la ciudad: la Santa pide favor a la Duquesa. — Ella: ha estado gravísima. «Cierto pensé que me moría» (340, 3). «Postema en el hígado»; curada «con sangrías y purgas». Proyecta nuevo viaje (Toledo-Madrid-Segovia-Avila).

1. Jesús. — La gracia del Espíritu Santo sea siempre con vuestra excelencia. Mucho he deseado hacer esto después que supe estaba vuestra excelencia en su casa; y ha sido tan poca mi salud que desde el Jueves de la Cena1 no se me ha quitado calentura hasta habrá ocho días. Y tenerla era el menor mal, según lo que he pasado. Decían los médicos se hacía un postema en el hígado; con sangrías y purgas ha sido Dios servido de dejarme en este piélago de trabajos. Plega a su Majestad se sirva de dármelos a mí sola y no a quien me ha de doler más que padecerlos yo. Por acá ha parecido que se ha hecho muy bien el remate de los negocios 2de vuestra excelencia.
2. Yo no sé qué decir sino que quiere nuestro Señor que no gocemos de contento sino acompañado de pena, que así creo la debe vuestra excelencia de tener en estar apartada de quien tanto quiere3; mas será servido que su excelencia gane ahora mucho con nuestro Señor y después venga todo junto el consuelo. Plega a Su Majestad lo haga como yo se lo suplico y en todas estas casas de monjas, que con grandísimo cuidado se hace. Sólo este buen suceso las he encargado tomen ahora muy a su cuenta, y yo, aunque ruin, ordinariamente le traigo delante, y así lo haremos hasta tener las nuevas que yo deseo.
3. Estoy considerando las romerías y oraciones en que vuestra excelencia andará ocupada ahora y cómo muchas veces le parecerá era vida más descansada la prisión. ¡Oh, válgame Dios, y qué vanidades son las de este mundo! Y ¡cómo es lo mejor no desear descanso ni cosa de él, sino poner todas las que nos tocaren en las manos de Dios, que El sabe mejor lo que nos conviene que nosotros lo pedimos!
4. Tengo mucho deseo de saber cómo le va a vuestra excelencia de salud y de lo demás, y así suplico a vuestra excelencia me mande avisar. Y no se le dé a vuestra excelencia nada que no sea de su mano, que como ha tanto que no veo letra de vuestra excelencia, aun con los recaudos que me escribía el padre maestro Gracián4 de parte de vuestra excelencia me contentaba. De adónde estaré cuando estuviere para partirme de este lugar ni de otras cosas no digo aquí, porque presto irá por allá el padre fray Antonio de Jesús5y dará a vuestra excelencia cuenta de todo.
5. Una merced me ha de hacer ahora vuestra excelencia en todo caso —porque me importa que se entienda el favor que vuestra excelencia me hace en todo— y es que en Pamplona de Navarra se ha fundado ahora una casa de la Compañía de Jesús y entró muy en paz. Después se ha levantado tan grande persecución contra ellos que los quieren echar del lugar. Hanse amparado del condestable6, y su señoría los ha hablado muy bien y hecho mucha merced. La que vuestra excelencia me ha de hacer es escribir a su señoría una carta agradeciéndole lo que ha hecho y mandándole lo lleve muy adelante y los favorezca en todo lo que se les ofreciere.
6. Como ya sé —por mis pecados— la aflicción que es a religiosos verse perseguidos, helos habido lástima, y creo gana mucho con Su Majestad quien los favorece y ayuda, y esto querría yo ganase vuestra excelencia, que me parece será de ello tan servido que me atreviera a pedirlo también al duque si estuviera acá.
7. Dicen los del pueblo7que lo que ellos gastaren tendrán menos; y hace la casa un caballero y les da muy buena renta, que no es de pobreza; y cuando lo fuera, es harto poca fe que un Dios tan grande les parezca no es poderoso para dar de comer a los que le sirven.
8. Su Majestad guarde a vuestra excelencia y la dé en esta ausencia tanto amor suyo que pueda pasarlo con sosiego, que sin pena creo será imposible.
9. Suplico a vuestra excelencia que a quien fuere por la respuesta de ésta mande vuestra excelencia dar ésta que le suplico. Y ha de ir que no parezca carta ordinaria de favor sino que vuestra excelencia lo quiere.
10. Mas ¡qué importuna estoy! De cuanto vuestra excelencia me hace padecer y ha hecho, no es mucho me sufra ser tan atrevida.
Son hoy 8 de abril de esta casa de San José de Toledo; quise decir, de mayo.
Indigna sierva de vuestra excelencia y súbdita,
Teresa de Jesús.

1. Jueves santo: 31 de marzo.
2. Remate de los negocios: desencarcelamiento del Duque, aprisionado en Uceda. Desenlace honorífico, al ser nombrado jefe del ejército y enviado a Portugal.
3. Nueva lejanía del duque, su esposo.
4. Gracián había pasado temporadas al lado del duque, en su prisión de Uceda.
5. Antonio de Jesús (Heredia), amigo de la familia ducal.
6. El condestable: don Francisco Hurtado de Mendoza virrey de Na­varra.
7. Los del pueblo: los de Pamplona.

S.321  E.317  Lf.286  A.I 9  T.401

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Santa Teresa de Jesús

Santa Teresa de Jesús nace en Ávila un 28 de marzo de 1515, siembra nuevos Carmelos por los caminos de España, vive una experiencia mística plena, que luego transmite en múltiples escritos y un nutrido epistolario. Doctrina y magisterio que avalará la Iglesia incluyéndola en el Catálogo de sus Santos y otorgándole, pro vez primera a una mujer, el título de Doctora.

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