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Carta 419

Teresa de Ávila

Website "muy peculiar" del mundo teresiano

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    teresiano
28 noviembre 1581 (Avila)
A doña María Enríquez, duquesa

La duquesa posee una copia del Libro de su Vida. Al saberlo la Santa, se la ha pedido, y la duquesa la ha enviado con obligación de restitución inmediata. Ahora la Santa vuelve a pedir un aplazamiento. Por esos días ha prestado el libro a su amigo el doctor Castro y Nero. — Ella:este día ha festejado en San José la profesión de Ana de los Angeles (Wasteels). Por la tarde, larga conversación con san Juan de la Cruz, proyectando la fundación de Granada.

1. Jesús. — La gracia del Espíritu Santo sea con vuestra excelencia. Ha sido tan grande la merced que vuestra excelencia me ha hecho con el libro1, que no la sabré encarecer. Beso a vuestra excelencia muchas veces las manos, y cumpliré mi palabra como vuestra excelencia manda. Aunque si vuestra excelencia fuera servida (porque no sé cómo irá tan lejos seguro), tenerle hía hasta que vuestra excelencia torne a Alba. Si vuestra excelencia manda esto, a la priora2mande vuestra excelencia decir que no tiene por bien lo que envié a pedir a vuestra excelencia (a suplicar había de decir), que me lo diga; y si no me lo dijere, entenderé que vuestra excelencia quiere hacerme esta merced.
2. Plega a nuestro Señor traiga a vuestra excelencia con tanta salud como yo y todas sus súbditas de vuestra excelencia le suplicaremos. Bien tengo que ofrecer a Su Majestad, que El sabe lo que siento de que se aleje vuestra excelencia sin haber yo tenido dicha de besarle las manos. Sea por siempre bendito que tan poco contento quiere que tenga en la tierra. Cúmplase su voluntad en todo, que bien veo que no merezco más.
3. En parte pasara mejor con cuanto he sentido por los trabajos que ahí había (digo, en hallarme presente), que por dejar de besar a vuestra excelencia las manos...3nombrar, o que tiene alguna falta de salud, lo entiendo.
Ver manuscrito
4.Dios la dé a su excelencia como yo le suplico cada día, y a vuestra excelencia me guarde muchos años, por lo menos más que a mí. El romadizo que vuestra excelencia tiene ha hecho no gozar del todo de la merced que vuestra excelencia me hizo con su carta. Suplico a vuestra excelencia nunca me la haga tan a mi costa, que sobraba para mí mandar vuestra excelencia al secretario me escribiese alguna palabra. En esto suplico a vuestra excelencia me haga merced para que yo alguna vez sepa de su salud y de la del señor don Fadrique4.
5.Plega a nuestro Señor la dé a su señoría y a la señora duquesa5; que, aunque, me tienen sus señorías olvidada, no dejo de hacer lo que soy obligada en mis pobres oraciones y por quien sé que vuestra excelencia quiere bien6.
6.El padre provincial7me escribe buenas esperanzas del suceso de los negocios de ahí, que me ha dado harto consuelo; y también la merced que vuestra excelencia le hace de que la vaya a acompañar. No será malo que le haya yo envidia. Su reverencia desea harto recibirla, según me escribe. Yo querría suplicar a vuestra excelencia, por amor de nuestro Señor, por ahora no se lo mandase, porque está imprimiendo las Constituciones8y es grandísima falta, que están los monasterios esperándolas.
Sea el Señor con vuestra excelencia.
Indigna sierva de vuestra excelencia y súbdita,
Teresa de Jesús.
Ver manuscrito

1. Libro de su Vida, de la Santa. Secuestrado el autógrafo por la Inquisición (1575), esta copia, hecha por Bartolomé de Medina y usada en su prisión por el Duque, era quizás la única existente.
2. Priora de Alba: Juana del Espíritu Santo.
3. Laguna del texto, por deterioro.
4. Don Fadrique de Toledo, hijo de la Duquesa.
5. Duquesa: doña María de Toledo y Colonna, esposa del anterior.
6. El duque de Alba don Fernando, su esposo.
7. El provincial de los descalzos: Jerónimo Gracián, que se hallaba en Salamanca fundando el colegio de descalzos.
8. Constituciones de las Descalzas, elaboradas por el capítulo de Alcalá (1581), editadas en Salamanca por Gracián (1581). — El resto del texto ha sido suplido por A.

S.384  E.389  Lf.354  A.IV 10  T.402

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Santa Teresa de Jesús

Santa Teresa de Jesús nace en Ávila un 28 de marzo de 1515, siembra nuevos Carmelos por los caminos de España, vive una experiencia mística plena, que luego transmite en múltiples escritos y un nutrido epistolario. Doctrina y magisterio que avalará la Iglesia incluyéndola en el Catálogo de sus Santos y otorgándole, pro vez primera a una mujer, el título de Doctora.

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