Es hermano de T. Ultimo de los hermanos varones. Nacido en Avila en 1527. Tiene ocho años cuando ella ingresa en la Encarnación. Joven aún, de 19 años, marcha a Perú (1546), con el sucesor de Núñez Vela, Pedro García la Gasca. Al servicio de éste, luchó en Ecuador contra Pizarro. Luego, al servicio del Virrey don Antonio de Mendoza, participó, con sus hermanos Lorenzo y Jerónimo, en la batalla de Pucará, cerca del Cuzco: 1554. Más tarde combatió en Chile, se halló en la fundación de Cañete (donde fue alcalde) y en el descubrimiento de Chiloé. Luchó en Arauco al lado del famoso Alonso de Ercilla. En 1570 regresó a Perú y se encontró en Lima con el dominico, amigo de T, García de Toledo. Lo sabe ella y se lo notifica a su hermana Juana: ‘Agustín de Ahumada está con el Virrey [Francisco de Toledo]: fray García me lo ha escrito’ (cta 39,4, del 4.2.1572). Para esas fechas, había tenido una hija natural, Leonor, de cuyo matrimonio se ocupará Lorenzo de Cepeda (ib). Tuvo al menos otra hija, llamada Jerónima de Ahumada, casada con el capitán Juan de Córdoba, madre de cuatro hijos, una de ellos por nombre Teresa de Ahumada, según consta del testamento de aquélla, fechado y firmado en Santiago de Chile el 15.1.1604 (AS 82, E). La Santa había estado seriamente preocupada por él (cta 24,19). Todavía en 1576 sigue ansiosa por la vida errante de Agustín: ‘En Perú es adonde está… No tiene asiento, que aún no es casado y hoy está en un cabo y mañana en otro, como dicen’ (cta 163,4).
Efectivamente, ‘tomó parte en la guerra que se hizo al citado inca Túpec Amaru, combatiendo en Vilcabamba contra las huestes de Titu Cusi, a cuyo general Curicampar hizo prisionero’ (cf Pólit, p. 70). Tuvo varias otras misiones (indios chiriguayas, indios de Charcas y de Lima), y el 7.12.1579 fue nombrado por el Virrey Gobernador de los Quijos, Sumaco y la Canela (cf Pólitib). Son de esas fechas los fragmentos epistolares de la Santa, de cartas dirigidas a Agustín (ctas 379 y 486), en que le suplica regrese a España. En 1581, está convencida del próximo regreso de éste. Se lo anuncia a Juan de Ovalle en carta del 14.11.1581 (cta 414,4). Todavía el 15.12.1581, en carta a su sobrino Lorenzo (junior), en Quito, le asegura que ‘cuando ésta [carta] llegue, según me escribe [Agustín], estará mi hermano Agustín de Ahumada en el camino. Plega a Dios le traiga con bien. Si no fuere venido, vuestra merced le envíe ésta [carta], porque no tengo hoy la cabeza para escribir mucho…’ (cta 427,10).
Pero Agustín no realizó el viaje en vida de Teresa. Todavía a finales de 1582 preparaba en Quito una mesnada de cien hombres con que emprender una excursión por el país de los Omaguas y tierras del Amazonas en busca, al parecer, de El Dorado, excursión de la que obviamente regresó sin éxito, y a consecuencia de la cual fue acusado por sus émulos y sufrió casi medio año de cárcel, con pérdida de sus bienes. Pero finalmente los jueces reivindicaron su inocencia. Era el año 1584.
En 1585 ya estaba en España solicitando honores y recompensas. Pero no resistió al reclamo de las tierras americanas, y en los años 1588 y 1589 obtuvo cédulas reales que le facilitaban el regreso al Perú, con una pingüe encomienda de indios. Su compañero de travesía el guatemalteco obispo de Sidonia, Alonso Enríquez, cuenta que ‘el año de 90 ó 91 conoció al capitán fulano de Ahumada, hermano de la madre Teresa, que iba por ser gobernador de Tucumán y se embarcaron juntos en Cádiz y en una cámara de popa…’ (BMC 20,300). Llegado a Lima, pronto cayó enfermo y, recordando las previsiones de su santa hermana, renunció a proseguir el viaje y se preparó para la muerte. Conocemos los detalles de ésta por el extenso relato de quien fue su confesor y asesor en esos días, el jesuita Luis de Valdivia, quien nos informa de que Agustín llevaba consigo una gran reliquia de su santa hermana, e hizo constante memoria de las varias cartas que le había escrito ésta. Valdivia reporta las postreras palabras de Agustín: ‘Yo, padre, soy hermano indigno de la madre Teresa de Jesús, que vuestra paternidad habrá oído decir, y he estado muchos años en el reino de Chile… Y estando allí, tuve una carta de mi hermana…’ (El relato de Valdivia se halla en los procesos de beatificación de la Santa, en Madrid, 1610: BMC 20, 296-299). De él nos legó Manuel Mª Pólit la siguiente semblanza: ‘Don Agustín de Ahumada, por quien Teresa de Jesús sentía el afecto tierno que de ordinario se tiene al menor de la familia, es entre todos sus hermanos el que más bien realiza el tipo del conquistador americano, con sus virtudes y vicios. Denodado y sufrido, altivo y caballeroso, figuró entre los mejores capitanes, guerreando ya en las cordilleras andinas, ya en las costas del Pacífico o las selvas amazónicas, y en una extensión de más de 800 leguas. Durante 40 años continuos hallóse en descubrimientos de tierras desconocidas (Pólit, p. 74). – Cf Cartas de T, los fragmentos 379 y 486. América.
BIBL.Jerónimo de san José, Historia, II, c.9; F. de Santa María, Reforma, I, c. 3; Manuel María Pólit, La Familia de Santa Teresa en América.Friburgo Br. 1903.