En el siglo, Mencía Ponce de León. Hija de Juan Ponce y de Antonia Ramírez. De Medina del Campo. Ingresa en el Carmelo de esta ciudad apenas fundado, y en él profesa el 6.9.1569. Priora de la comunidad a partir de 1577. De carácter extremoso y difícil. De tendencia rigorista, pero mudable. A ella se refiere probablemente la santa en Fundaciones 6,9-13 como caso anómalo de piedad eucarística (relato redactado en 1573). Siendo Alberta tornera de la comunidad (1571), la Santa pondrá límites a sus conversaciones en el torno: ‘Acá he yo quitado a Alberta, que lo es [=tornera], hablar palabra si no es oír y responder’ (cta 35,3). Siendo ya priora (1578), estará en relaciones tensas con el tortuoso Alonso de Valdemoro, Vicario del Carmen de Medina (cta 258,4). También desde su posición de priora interviene en el complicado asunto de la vocación de Dª Elena de Quiroga: comparte la resistencia de la Santa, si bien más tarde tendrá que admitir a aquélla en su mismo Carmelo de Medina, donde ya es monja profesa la hija de Dª Elena, Jerónima de la Encarnación (cta 397,2). El episodio teresiano más triste de su agenda personal consiste en la mala acogida que hace a la M. Fundadora cuando ésta, ya herida de muerte, va camino de Alba de Tormes (septiembre de 1582). Alberta le hace una despedida más bien penosa y humillante (cf BMC 2,239). Lo testifica la enfermera de la Santa, Ana de san Bartolomé, en su Autobiografía (MHCT 5, 305-306). Apenas un año después (26.8.1583) fallecía Alberta Bautista en su Carmelo de Medina. Se la mencionará expresamente en la bula de canonización de la Santa (1622) por haber sido curada con sólo tocarle ésta ‘el lado donde tenía el dolor’ (BMC 2,424). Cf. Reforma 2, 6, c. 20.
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