Nacido en Atri (Teramo / Italia) el 14.9.1543. Hijo del duque de Atri. Quinto General de la Compañía de Jesús (sucede al P. Mercuriano en 1581). Muere en Roma en 1615, tras 34 años de generalato. Gran promotor de los estudios, reelaboró y publicó la ‘Ratio studiorum’ (1599). Intervino en la contienda teológica ‘De auxiliis’. Y promovió el desarrollo de la Compañía. La Santa lo recuerda únicamente en su carteo con el canónigo palentino Jerónimo Reinoso (cta 450,3, del 20.5.1582). Le han llegado falsos rumores de que el P. General S.J. viene a España: ‘que [ya] era desembarcado’ el P. General. Estaba de por medio la tensión entre ella y los jesuitas de Burgos, tensión que T quiere resolver sirviéndose de la posible amistad del pariente de Jerónimo Reinoso, Francisco Reinoso (futuro obispo de Córdoba), que había conocido al P. General en Roma. Pero el hecho más notable de éste en la historiografía teresiana ocurre muerta ya la Santa, cuando el 1588 el jesuita Francisco de Ribera, profesor en Salamanca, intenta publicar su gran biografía de la M. Teresa. Eran tiempos difíciles para la exaltación publicitaria de una monja mística como ella, que en Roma ya estaba fichada desde los tiempos del precedente General, P. Mercuriano, y del Provincial de Castilla, P. Juan Suárez. Así que a la petición de Ribera, Aquaviva respondió negando la licencia de publicación: ‘me inclino a que deje esto a otro que lo haga’ (en carta del 25.3.1588). Ante la insistencia del autor, el P. General responde sugiriendo una y otra vez que confíe la autoría de su libro a un descalzo carmelita que lo publique en propio nombre (cartas del 14.6.1588 y 6.9.1588). Pero Ribera se resiste a tal sugerencia y continúa suplicando y razonando. El P. General accede y pone la decisión en manos del Provincial de Castilla, P. Gil González, favorable a Teresa (cf R 4,3), pero exige la previa censura de cuatro teólogos de la Compañía (cartas del 28.11.1588 y 23.1.1589), que parecieron resultar adversos, no a la biografiada, pero sí a la oportunidad de publicar su biografía. (Para esa fecha ya habían visto la luz, al menos dos veces, las Obras de la M. Teresa, en impresiones de Salamanca y de Barcelona). Tanto a Ribera como a los censores, Aquaviva les había advertido el escollo principal: ‘en particular deseo que con advertencia se mire si en este libro se trata de revelaciones, raptos y cosas de esta suerte, porque es uno de los puntos que más me hacen reparar para estampar ese libro. Porque no tengo por conveniente que salgan autorizadas por hombre de la Compañía’: carta del 6.9.1588. Momento en que Aquaviva reitera su neta negativa a Ribera y al Provincial de Castilla: ‘Nunca me pareció conveniente…; no conviene sacarla a luz en nombre de la Compañía’ (carta del 21.2.1589). Sólo por una especie de equívoco en la lectura de las misivas romanas, el P. Provincial otorga la licencia de publicación el 11 de junio de 1589. Ribera mismo firmará la dedicatoria de su libro el 17 de julio de ese año. A los reparos de Aquaviva y de los censores se debe, probablemente, que el profesor salmantino añadiese al libro unos capítulos iniciales algo extemporáneos hoy: el primero ‘en que se trata de qué revelaciones se debe hacer caso, y en particular del que se debe hacer de las de la Madre Teresa de Jesús’ (pp. 8-38); el segundo, ‘del crédito que en particular se debe dar a las revelaciones que se escribirán en este libro’ (pp. 38-49). Recordemos que la obra de Ribera vio la luz en la segunda mitad del año 1590, y que la había terminado en 1587. A modo de colofón, el encargado regio anotaba en la última página de la obra: ‘…está correcto conforme al original este libro de la vida de la sancta madre Teresa de Iesus, insigne gloria y dulce ornamento de España, compuesto por el padre D. Francisco de Ribera, de la Compañía de Iesus…’ (La documentación alegada puede verse en: L. Lopetegui, Censura de la Orden de la Vida de Santa Teresa de Jesús, por Francisco de Ribera, S.I. En Manresa 16 1944 pp. 261-274). Jesuitas.
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