1. Notas características. 2. Autógrafos mayores. 3. Autógrafos menores y pseudo-autógrafos. 4. Ediciones facsimilares.
1.Notas características. Pocos autores, o quizás ninguno, ostentan la fortuna de habernos legado los autógrafos de todos sus escritos, como es el caso de la Madre Teresa. Con la particularidad de que, salvo contadas excepciones, los de ella han llegado íntegros hasta nosotros. Con la ventaja de hacernos entrega de sus escritos, exentos de problemas crítico-textuales y con la frescura y tersura del puntual momento creativo. Páginas que nos transportan al momento natal de cada escrito.
Esa fortuna de los textos teresianos se debe, en buena parte, a que ninguno de ellos llegó a la imprenta en vida de la autora. Y, muerta ella, rápidamente se aureolaron de un halo de veneración. Se los custodió como joyas o se los veneró como reliquias. Al editarlos, ninguno de ellos pasó a manos del tipógrafo. De esa suerte se libraron de fenecer en el cesto de los desechos, como sería el caso del Quijote o de la Guía de Pecadores.
A la hora de evaluar en bloque los autógrafos de la Santa, hay que destacar cuatro o cinco facetas relevantes:
a)La Madre Teresa escribe con grafía firme, trazos cincelados, rarísimos titubeos de pluma, muy pocas tachas. Gran parte de sus autógrafos son de redacción directa, diríanse borradores (así, por ejemplo, las Moradas, las Fundaciones, el Modo de visitar y el primer Camino), lo cual les permite reflejar la gama de estados emocionales que atraviesa la escritora mientras redacta, sobre todo en los pasajes líricos o místicos, los más patéticos.
b)Como la autora no posee el respaldo de una cultura humanística, sus autógrafos no pagan tributo al manierismo latinizante que caracteriza la ortografía de los escritores coetáneos. Su grafía refleja en directo la fonética del habla familiar o coloquial abulense. Lo cual convierte sus autógrafos en documentos excepcionales del idioma en el corazón de Castilla, en el último tercio del siglo XVI. Servicio que ya no nos prestarán las ediciones de los mismos, tras haber pasado por el tamiz de los amanuenses o incluso por la revisión de fray Luis de León, que cede también a la presión latinizante.
c)Teresa escribe siempre en papel de calidad, verjurado y con marca de aguas, folios abundosos, y márgenes generosos en torno a la caja de escritura. Cuadernillo de seis, ocho y hasta diez bifolios. Generalmente íntegros, es decir, sin cercenar una de las hojas del bifolio, rara vez eliminada para redactarla otra vez: nueva prueba de su manera de escribir, sin retractaciones ni revisiones.
d)En cambio, esos autógrafos han pasado, casi todos, por el tamiz de asesores y censores. En todos ellos afloran, acá y allá, interpolaciones de segunda y a veces tercera mano. Con anotaciones y breves glosas marginales, que en ocasiones obligan a la autora a tijeretear su texto y rehacerlo. Así, por ejemplo, en el autógrafo de Vida interviene la pluma del padre Domingo Báñez; en el Camino (en sus dos redacciones), la mano del padre García de Toledo; en los autógrafos de las Moradas y de las Fundaciones, la mano correctora de Jerónimo Gracián, tachado y corregido él mismo en el autógrafo por el futuro biógrafo de la Santa, Francisco de Ribera. En contra de lo que se ha venido diciendo, en ninguno de los autógrafos teresianos dejó huellas la pluma de fray Luis de León. En cambio, Gracián persistió en sus anotaciones sobre las páginas del Modo de visitar. De todas esas intromisiones ajenas, sólo las del Camino (CV) obligaron a la autora a arrancar páginas y a rehacerlas para atenerse a los reclamos del censor.
e)Aunque custodiados con gran esmero, los autógrafos teresianos sufren actualmente un grave proceso de deterioro, debido a la tinta utilizada por la autora, cuya sobredosis de limaduras de metal oxida y destruye el papel. Así han perecido en nuestro siglo varias cartas autógrafas de la Santa. Los autógrafos de las Moradas y del Camino de perfección (redacción segunda: CV) han sido restaurados por el Instituto de Patología del Libro ‘Alfonso Gallo’ de Roma. Necesitan urgente restauración los cuatro autógrafos conservados en El Escorial: Vida, Fundaciones, Modo de visitar y Camino (primera redacción: CE).
2. Autógrafos mayores. Aparte los cuatro que acabamos de mencionar, conservados en la Biblioteca del Escorial, las carmelitas descalzas de Sevilla y de Valladolid conservan respectivamente el autógrafo del Castillo Interior (M), y del Camino de Perfección (segunda redacción: CV). He aquí la elemental descripción de cada uno de ellos:
a)Autógrafo de Vida: Se conserva en la Biblioteca del Escorial. Signatura ‘Vitrina 26′. Es un manuscrito de papel verjurado, 226 folios en total, formato 210×295 mm. Autógrafos de la Santa son los ff. 1-2 y los 202 siguientes (ff. I – CCI). Precedidos de varios folios en blanco (1r -7v), de los cuales el f. 3r contiene el título de la obra, escrito por el Bibliotecario, P. José de Sigüenza: La Vida de la madre Teresa de Jesus / escrita de su misma mano, con vna aprobacion / del padre M. Fr. Domingo Bañez su confesor / y Cathedratico de Prima en Salamanca’. Y seguidos, al final, de cuatro folios que contienen la censura autógrafa del padre Domingo Báñez (ff. 202-205), más otros doce folios en blanco. La Santa había dejado su manuscrito sin título y sin índices. Fue encuadernado en piel y forrado en terciopelo carmesí cuando en 1591 ingresó en El Escorial, requerido por Felipe II y entregado por el padre Nicolás Doria. Al encuadernarlo y dorar sus márgenes, la cuchilla del encuadernador cercenó ligeramente las anotaciones marginales. Más tarde (1607), el arquitecto regio, Francisco de Mora cortó un cuadradillo del folio 45, en el margen inferior. Durante varios siglos, el autógrafo de Vida ocupó el puesto central del ‘camarín’ de reliquias, escoltado a ambos lados por sendos códices antiguos de san Agustín y san Juan Crisóstomo.
b)También se conserva en El Escorial el autógrafo del Camino de Perfección, redacción primera (CE). Manuscrito de papel verjurado, signatura ‘1672’, de 153 folios numerados por otra mano en números arábigos (ff. 1-147), formato 155×215 mm. Carece de título. Al final, los ff.148-153 contienen el índice de los 73 capítulos, de mano ajena, a excepción de los epígrafes 56 y 57 que son autógrafos de la Santa. Encuadernado en piel sobreforrada de tisú amarillo floreado. En él son numerosas las páginas tachadas con grandes trazos en aspa, y con anotaciones marginales del censor, García de Toledo. La más célebre de todas las tachas se extiende por los folios 11v-12r (cap. 4), que borra la apología teresiana de la mujer. Es interesante también la glosa marginal del f. 72v: ‘parece que reprehende a los inquisidores, que prohíben libros de oración’. Interviene todavía una tercera mano censora. La serie de tachas y anotaciones será tenida en cuenta por la Santa al redactar por segunda vez el libro, así como también incorporará en él una especie de apéndice autógrafo, añadido en las páginas 146r-147v, tras la anotación: ‘en lo que tratava de la oracion de quietud deje de decir esto’, apéndice que pasará al capítulo 31, 8-10 de la segunda redacción, y que contiene la famosa comparación del ‘niño que aún mama’.
c)La segunda redacción del Camino (CV) se halla en el autógrafo conservado en las Carmelitas Descalzas de Valladolid. Es un cuaderno de formato 165×220 mm., 203 hojas numeradas por la autora en el margen superior del recto en cifras romanas que van del I al CCVII, precedidas de dos hojas no numeradas, en la primera de las cuales la Santa escribió a modo de título-dedicatoria: «Jhs este libro trata de avisos y consejos que da teresa de jesus a las ermanas rrelisiosas y yjas suyas…’ Otra mano escribió en el reverso de ese mismo folio inicial: ‘Libro llamado camino de perfecion…’ En la hoja segunda, no numerada, comienza el prólogo.
Encuadernado recientemente (Roma 1964) en pergamino crema, había sufrido en anteriores encuadernaciones cortes de cuchilla que mutilan las anotaciones de los márgenes laterales externos. El manuscrito soportó la injerencia de diversas manos censoras, que tacharon pasajes autógrafos y añadieron subrayados y notas interlineares y marginales. Uno de ellos, P. Gacía de Toledo, ocasionó la eliminación de varios pasajes por parte de la autora, la cual hubo de arrancar hojas y sustituirlas con otras de tercera redacción. La mutilación más notable fue la infligida al capítulo 17, que desarrollaba la comparación de la humildad con el juego de ajedrez: las cinco hojas arrancadas (59-63) fueron sustituidas con una sola (p.69). Las notas marginales de los varios censores son, generalmente, de contenido teológico inspiradas en escrúpulos de ortodoxia. Alguna de ellas, de recelo antifeminista: ‘por esta doctrina no prediquen [las monjas] a la red, sino callen, que les hará más provecho’ (201v). Ya en la hoja inicial, bajo el epígrafe de la Santa, anotó uno de los censores: ‘io e visto este libro y lo que del me pareçe esta escrito al cabo del y firmado de mi nonbre’; pero, de hecho, esa censura no fue escrita en el manuscrito, sino en cuartilla aparte. El cuaderno fue restaurado en 1964 por el Instituto de Patología del Libro ‘Alfonso Gallo’ de Roma. (Más datos pueden verse en la edición facsímil del autógrafo, T II, 127-168).
d)La Biblioteca del Escorial conserva igualmente el autógrafo de las Fundaciones: signatura ‘Nº 158’. Es el más crecido de los autógrafos teresianos: 210 x 303 mm.; 131 folios, numerados por una segunda mano con guarismos arábigos en el margen superior del recto, del 1 al 133 (numeración defectuosa a la altura de los ff. 28-32 y 37-38). Encuadernado en piel, forrada de tisú amarillo floreado. Antes del f. 1, preceden dos folios en blanco, más otro en cuyo reverso una mano tardía anotó el título de la obra, que había sido omitido por la autora: ‘Libro original de las Fundaciones de la Reformacion que hizo en España la gloriosa Virgen Santa Teresa de Jesus, escrito de su mano, librería de San Lorenzo el Real para perpetua memoria’. Al final, ff. 132v-133r, la Santa añadió, a modo de apéndice, el relato del cambio de obediencia del Carmelo de san José de Avila. Ya antes (f.100r) había adosado el billete correspondiente a la Rel. 67: cuatro avisos a los padres descalzos.
El autógrafo está salpicado de correcciones de mano ajena, las más de ellas debidas a la pluma de Jerónimo Gracián. Otra mano femenina interfiere en la grafía de la Santa para rotular con trazos desgarbados el capítulo 12 (f.38v). La redacción del manuscrito había comenzado en 1573, y concluyó en el verano de 1582. Realizada con grandes intervalos. De ahí que desde el punto de vista grafológico, el Libro de las Fundaciones sea un auténtico muestrario de la grafías teresianas.
e)El último de los autógrafos de la Santa conservados en el Escorial es el Modo de visitar los conventos. Manuscrito sin título autógrafo. De formato menor: 145×195 mm.; con los márgenes muy mutilados por el encuadernador. Son 23 hojas, numeradas por mano ajena con cifras arábigas, en la parte alta del margen superior derecho del recto de las hojas: de la 1 a la 22. Precede una hoja en blanco, en la que otra mano posterior escribió el título: ‘Modo de visitar los Conventos de Religiosas escrito por la Santa Madre Theresa de Jesus por mandado de su Superior Provincial F. Geronimo Gracian de la Madre de Dios’, y una tercera mano la invocación: ‘Jesus es mi esperanza’, y el nombre de la autora: ‘Teresa de JHS’. El destinatario del escrito, Jerónimo Gracián, le agregó subrayados y pequeñas anotaciones marginales. El pequeño manuscrito está encuadernado en tisú amarillo floreado. Es el único autógrafo de la Santa, cuyo texto aparece fraccionado en párrafos separados.
f)El autógrafo del Castillo Interior se conserva en las Carmelitas Descalzas de Sevilla. Es un cuaderno de 20×30 mm, 113 ff., numerados por la autora con guarismos romanos en el margen superior del recto, a partir del f. I (prólogo), hasta el f. CX (final de las moradas sétimas). Con varias anomalías en la numeración (ff. 47, 54, 63, 65). Precede sin numerar el folio primero, que contiene en el reverso el título autógrafo del manuscrito; también sin numerar los dos ff. finales, que contienen el epílogo. Encuadernado en terciopelo carmesí y custodiado en precioso estuche de cristal. El manuscrito está salpicado de correcciones interlineares y marginales, debidas a la pluma de J. Gracián, que a su vez fue censurado y corregido por Francisco de Ribera, quien insertó bajo el epígrafe inicial una larga nota rechazando las interpolaciones del censor. (Otros datos sobre este autógrafo pueden verse en la edición facsimilar de las Moradas (por Tomás Alvarez y Antonio Mas: Burgos 1990), en las pp. 254-263 de la ‘Nota Histórica’. Cf también EstTer II, 501-507).
3. Autógrafos menores y pseudoautógrafos. De los escritos menores de la Santa, se han perdido los autógrafos más importantes. Así, por ejemplo: el de los Conceptos del amor de Dios, arrojado al fuego por la propia autora; el de las Constituciones, perdido con ocasión de la desamortización y subsiguiente incorporación del archivo general de los carmelitas descalzos españoles a la Biblioteca Nacional de Madrid; y el de las Exclamaciones, del que no hay huellas históricas. En cambio, se conservan numerosos autógrafos de las restantes obras menores, no siempre íntegros. Enumeramos los más importantes:
a)Autógrafos poéticos: íntegro se conserva únicamente el poema 12 (‘Hoy nos viene a redimir’), en los carmelos italianos de Savona y Florencia. De los poemas 11, 17, 27 y 29, sólo nos quedan fragmentos, todos ellos en los mencionados carmelos de Savona y Florencia (cf Estudios Teresianos, II, pp. 13-38).
b)Autógrafos de las Relaciones: se hallan dispersos por México, Inglaterra, Suiza, Italia, España. De la Relación 4, una redacción en el santuario filipense de San Miguel Allende (México); otra redacción en los carmelitas descalzos de Caprarola (Italia). Relación 6, en las carmelitas descalzas de Santa Ana de Madrid. Relación 7 (cifra de su muerte), en las carmelitas descalzas de Medina del Campo. Relación 15, en las carmelitas descalzas de Locarno (Suiza). Relaciones 39-41, en sus varias redacciones: Carmelitas descalzos de Puebla (México), y carmelitas descalzas de Consuegra (España) y de Chichester (Inglaterra). La Relación 67 (los ‘cuatro avisos’), ya la hemos encontrado incorporada al autógrafo de las Fundaciones, fol. 100.
c)Autógrafo del Vejamen. Se conserva, aunque incompleto, en las carmelitas descalzas de Iriépal (Guadalajara). Otros autógrafos menores: Renuncia a la Regla mitigada en las carmelitas de Calahorra (La Rioja); la Instrucción a la Priora de Palencia (en Barcelona); Apuntes varios, en Medina del Campo, Caravaca, Cuerva, Burgos, Salamanca, Toledo, Avila, Yepes, Venecia…
d)Autógrafos de las Cartas: los autógrafos del epistolario teresiano son los más numerosos. Dispersos por varias naciones: España, Francia, Italia, Bélgica, Austria, Inglaterra, Portugal, Montecarlo, Cuba, México, Ecuador, Perú. Las colecciones más copiosas de cartas autógrafas de la Santa se conservan en los carmelos españoles de Sevilla, Valladolid, Santa Ana de Madrid, Consuegra y Alcalá de Henares (convento del Corpus Christi). Al lado de las cartas, quedan también varios autógrafos de los Apuntes y memoriales, uno de los más importantes la Renuncia a la Regla mitigada (A 12). Interesante también el ‘Libro de gastos e ingresos’ del Carmelo de Medina del Campo, en el que figuran numerosas páginas de la Santa (BMC 6, 370-374). Allí mismo, se conserva el autógrafo de los Apuntes 1-2.
e)Los pseudoautógrafos teresianos son numerosos. Por lo general, fueron compuestos a lo largo del siglo XVII, para elaborar reliquias a base de letras recortadas de autógrafos destruidos con ese objetivo devocional. O bien, para rehacer, con la misma técnica, el texto auténtico de autógrafos perdidos. El más extenso de todos es el que reproduce las Exclamaciones de la Santa, conservado en los Carmelos de Granada y de Santa Ana de Madrid. Otros reproducen textos fragmentarios de Vida (c. 6 sobre San José); c. 40,16 (sobre ‘tomar un obispado’); o los ‘cuatro avisos’ a los padres descalzos y Poemas. En esa serie de pseudoautógrafos figuran las numerosas confecciones de ‘Avisos de la Madre Teresa’, cuyo texto espurio había sido editado al lado del Camino por los primeros editores. A principios de nuestro siglo fue famosa la colección de cartas autógrafas de la Santa, reunida por don Bernardino de Melgar y Abreu (‘trece cartas y un billete’), publicadas en el Boletín de la Real Academia de la Historia (años 1915-1916), obra de falsario todas ellas (cf BMC 7, p. XCVI…, y 9,253 ss.).
4. Reproducciones facsimilares de los autógrafos. A partir del siglo pasado han sido numerosas las ediciones facsimilares de los autógrafos de la Santa. Mencionamos las más importantes:
a)La grafía de la Santa: Quizás la primera reproducción facsimilar de la grafía teresiana sea la publicación del fragmento de una carta en la obra francesa ‘Isographie des hommes célèbres, ou collection du fac-simile de Lettres Autographes et de Signatures’, París 1828-1830. En el tomo III, letra T, se reproducen ocho líneas de la carta de la Santa a Ambrosio Mariano (abril-mayo 1577), precedidas del anagrama Jhs, y seguidas de la firma ‘Teresadejesus’ (sic). El autógrafo de esa carta se conserva aún hoy en el Carmelo de Créteil (París), pero la Isographie no se ha basado en él, sino en un mal amaño del original (cf EstTer III, 568-566).
b)Vida-Fundaciones-Cartas, ediciones facsimilares de don Vicente de la Fuente. El gran teresianista aragonés, entusiasmado por el éxito de la primera edición facsimilar del Quijote, por obra de Francisco López Selfa, afrontó con especial fervor la reproducción de los autógrafos mayores de la Santa. En 1873 editó por entregas el autógrafo de Vida con la colaboración de ‘los artistas A. Selfa y M. Fernández de la Torre’, y publicado ‘por la Sociedad Fototipográfica Católica’ (Madrid). Un volumen de 415 páginas de texto autográfico, y otras tantas de versión tipográfica.
El mismo La Fuente emprendió seis años después la ‘edición autografiada’ del Libro de las Fundaciones: Madrid 1880, 128 ff. facsimilares, más 268 pp. de transcripción tipográfica. Reproducido, en formato menor (165×245 mm.) por la ‘Caja de Ahorros de Madrid’: Madrid 1981.
La Fuente abordó, años después, la publicación facsimilar de las cartas autógrafas de la Santa: ‘Cartas de Santa Teresa de Jesús. Reproducción fototipográfica de sus autógrafos’, Madrid 1884. Como en el caso de Vida, recurrió de nuevo a la edición por entregas, pero fueron pocas las páginas editadas. (Tarea interrumpida por la muerte de don Vicente: Madrid 1889).
c)Camino y Modo de visitar. Fueron reproducidos por don Francisco Herrero y Bayona, con ocasión del tercer centenario de la muerte de la autora (1582). Don Francisco había comenzado publicando, sin gran acierto, una mezcla de autógrafos y pseudoautógrafos: ‘Avisos originales de Santa Teresa de Jesús, dos de sus cartas, una preciosa oración, y una promesa de escritura…’ Madrid 1882, 22 páginas. Al año siguiente, con mayor fortuna, realizaba la edición de dos autógrafos del Escorial: ‘Camino de perfección’ y ‘Modo de visitar’, con el título: ‘Reproducción Foto-litográfica y fieles traslados impresos del CAMINO DE PERFECCIÓN, y el modo de VISITAR LOS CONVENTOS…’ Valladolid 1883. A las dos obras añadió ‘algunos autógrafos inéditos’ entre los cuales de nuevo incurrió en el escollo de mezclar los verdaderos con los falsos autógrafos teresianos.
d)Autógrafo de las Moradas. Edición facsmilar, por iniciativa del Cardenal Arzobispo de Sevilla, Joaquín M.ª Lluch, con el título: ‘El Castillo Interior o Tratado de las Moradas, escrito por Sta. Teresa de Jesús. Edición autografiada e impresa…’ Sevilla 1882. A la reproducción facsimilar, siguen 147 páginas con la versión tipográfica de la obra. Tanto esta edición como las del Libro de las Fundaciones siguen la técnica de la reproducción ‘autografiada’, de menores garantías que la ‘fotolitográfica’.
e)Autógrafo vallisoletano del Camino de Perfección. Realizada por un grupo de profesores del Teresianum de Roma, bajo la dirección de Tomás Alvarez, en la Tipografia Poliglotta Vaticana: Roma 1965. Dos volúmenes, uno con el texto autógrafo, el otro con la versión paleográfica del mismo, más introducción y léxico de la obra.
f)Moradas, nueva edición facsimilar, por Tomás Alvarez y Antonio Mas, con el título ‘Castillo Interior de Santa Teresa de Jesús’. Precede la reproducción fotográfica del autógrafo hispalense, y sigue la transcripción paleográfica del mismo (236 pp), más una ‘Nota histórica’ (pp.237-266), y el ‘Léxico’ de la obra (pp. 267-309). Burgos, Edit. Monte Carmelo, 1990.
g)Libro de la Vida: nueva edición facsimilar y tipográfica, preparada por Tomás Alvarez: coedición del Patrimonio Nacional y Editorial Monte Carmelo, Burgos 1999. Tres volúmenes: el primero contiene la reproducción fotostática del autógrafo escurialense (420 pp.); el segundo, doble trascripción del texto: paleográfica y modernizada, seguida del léxico de la obra (22+497 pp.): el tercero contiene una Nota histórica acerca del autógrafo y su edición, más algunos apéndices (146 pp.).
En conclusión, es necesario advertir que las reproducciones facsimilares del siglo pasado, a causa de las técnicas entonces en uso, no reproducen los autógrafos con la debida fidelidad. Para estudios filológicos, así como de cara a la fijación del texto teresiano, sólo las ediciones de nuestro siglo ofrecen plenas garantías. Para el resto, el regreso a los originales mismos de la Santa es ineludible.
(Para el estudio de los autógrafos teresianos, cf. Antolín, Guillermo, Los autógrafos de Santa Teresa de Jesús que se conservan en el Real Monasterio del Escorial. Madrid 1914. Para las ediciones facsimilares, cf EstTer II, 585-591).
T. Alvarez