Aldea del extremo poniente de la provincia de Avila, próxima a Béjar (Salamanca). En el siglo XVI era población floreciente, que constaba de más de 300 vecinos. Famosa en los fastos teresianos por haber acudido a ella T, enferma de 24 años (1539), y haber permanecido allí más de tres meses, ‘desde abril’ (V 4,6): ‘los tres meses padeciendo tan grandísimo tormento en las curas que me hicieron tan recias, que yo no sé cómo las pude sufrir’ (ib). La enferma estaba a cargo de una curandera, innominada, que la redujo al último extremo. Aparte esa experiencia, T entabló amistad con un sacerdote del lugar, al que logró reducir a vida decorosa (V 5,3-4). A fines de julio o principios de agosto, T regresó a Avila a punto de muerte: ‘tornaron a verme médicos. Todos me desahuciaron’ (ib 8). Medicina. Médicos.
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