Carmelita, sucesor de Juan Bautista Rubeo como General de la Orden. Había nacido en Civitella (1530). Muy joven aún, ingresó en la Orden en Siena. El Capítulo de Venecia lo destinó al Studium Generale de Padua (1548). En 1564 asistió al Capítulo General de Roma en que fue elegido Rubeo General de la Orden. Sucesivamente fue regente de estudios en el Carmen de Florencia. En 1574, provincial de Toscana. En 1576 procurador general de la Orden. Al morir Rubeo (5.9.1578), Gregorio XIII lo designó vicario (9.10.1578). En el inmediato Capítulo General, resultó elegido él mismo General de la Orden (1580), entrando así de lleno en el debate de los descalzos y su erección de provincia. El 25 de septiembre de 1578, escribe una carta ‘a todos los primitivos de nuestra Señora del Carmen’ (MHCT 2,31-33), a la que responde personalmente Nicolás Doria (17.12.1578), dándole cuenta de la vida e incremento de éstos (MHCT 2,76). Siendo Vicario General, confirma al P. Angel de Salazar como vicario suyo en el gobierno de los descalzos: 29.5.1579 (MHCT 2, 95), y éste lo previene que en modo alguno consienta la erección de provincia separada para ellos (20.9.1579: MHCT 2,142). Él mismo se mostrará netamente contrario a la separación (ib pp. 152-154; y mucho más enérgicamente en el memorial presentado al card. Protector de la Orden, F. Buoncompagni, cuando ya se prepara el Capítulo de separación de Alcalá: ib pp.164-174; cf pp. 174-179). La relación de la Santa con Caffardo comienza siendo éste Procurador General de Rubeo (cta 271). Muerto Rubeo el año 1578, ella desea prestar cuanto antes obediencia al nuevo Vicario General (cta 290,4). Repite una y otra vez: ‘creo que el reverendísimo [vicario General] hará todo lo que nos estuviere bien’ (cta 324,4: a Gracián, 11.1.1580; cf cta 325,7). Con ocasión del Capítulo General en que será elegido Caffardo, ella pide a María de san José: ‘Haga vuestra reverencia encomendar a Dios la elección del General: que elijan muy para servicio de Su Majestad’ (cta 335,11: del 3.4.1580), y apenas elegido, pide a Gracián le escriba ‘una carta muy humilde, y ofreciéndose por sus súbditos, que es razón’ (cta 374,6: de febrero 1581). Insiste ante Gracián: ‘ya veo es harto necesario… ir a dar la obediencia al General… Es muy necesario que entienda el General que son súbditos [los descalzos], y ellos que tienen prelado’ (cta 402,8: del 14.7.1581). Todavía en vísperas de su muerte (Palencia, 3.8.1582) expresará su gozo por la gran acogida que el reverendísimo General ha hecho en Roma al P. Nicolás Doria, recibiéndolo ‘con mucha gracia y voluntad’ (cta 458,6). Es el último gesto que nos haya llegado de la buena relación de T con el centro de la Orden. Moriría ella justamente un mes más tarde. El General Caffardo, muerto en Siena el 3.4.1592, pudo tener noticia de las obras de la Santa publicadas por fray Luis (1588), y de su biografía por Ribera (1590). Carmen, Orden del.
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