En el noroeste de la Región de Murcia (región bañada por el Mediterráneo entre las provincias de Alicante y Almería) se encuentra Caravaca de la Cruz. Situada a 600 metros sobre el nivel del mar y en las estribaciones del sistema subbético, está en una de las vías naturales que comunican el levante español con Andalucía. Los ríos Argos y Quipar, afluentes del Segura, atraviesan y riegan parte de su término, aunque secanos y montes ocupan buena parte del mismo.
Reconquistada definitivamente al islam en 1266, fue durante 222 años plaza fronteriza con el reino nazarí de Granada. Desde los primeros años estuvo bajo la custodia de la Orden del Temple; después de la extinción de ésta pasó a la Orden de Santiago, de quien dependió hasta el siglo XIX. En el último tercio del siglo XVI era la cabeza de una de las encomiendas más ricas de esta institución, y aunque desde los Reyes Católicos el maestrazgo de la Orden pertenecía a los reyes de España, se regía aún por las normas de dicha Orden, teniendo poca vigencia las leyes promulgadas para el resto del reino. El representante de la Orden en la villa era el Comendador y en los asuntos civiles el Concejo (Ayuntamiento) era el rector de la vida cotidiana.
Al pertenecer a una Orden religioso-militar la jurisdicción eclesiástica fue siempre discutida. Por un lado era villa Perteneciente al Obispado de Cartagena desde la restauración de éste en 1286. Por otro dependía exclusivamente del Prior de Uclés, nullius dioecesis, y en Caravaca residía el vicario de la Orden, que entendía en todas las causas religiosas de su extensísimo partido. Esta duda, nunca bien aclarada, supuso disputas diversas en las que, hasta bien entrado el siglo XVIII, la Orden de Santiago salió ganando. A la Orden de Santiago hubieron de pedir permiso para fundar tanto Teresa de Jesús como Juan de la Cruz.
En el momento de las fundaciones carmelitas Caravaca contaba con unos 8.000 habitantes, cifra que se incrementaba rápidamente, pues era época de expansión, del pleno aprovechamiento del amplio término municipal de que fue dotada la villa. Aunque la agricultura tenía una gran importancia, especialmente el cultivo de la vid y la elaboración del vino, era la ganadería la principal fuente de riqueza. La exportación de lana, dirigida por varias familias de genoveses establecidas en Caravaca potenció el ganado ovino y atrajo dinero fácil para la oligarquía local. Industrialmente destacan los trabajos de la seda, explotada por los moriscos, y el cáñamo.
Las crisis típicas de la época, epidemías, sequías, etc., no fueron suficientes para detener el espectacular crecimiento económico de este periodo, que fue el adecuado para que culminaran toda una serie de fundaciones (Franciscanos, Jesuitas, los dos monasterios del Carmelo Descalzo, Jerónimos) a la vez que se construían las Iglesias del Salvador, la Concepción y la Soledad, y que llegaría al máximo en los primeros años del seiscientos con el inicio de las obras del nuevo Santuario de la Vera Cruz, centro espiritual de Caravaca y la advocación más antigua del entonces denominado Reino de Murcia.
Es la Vera Cruz foco de religiosidad popular e imán para que las órdenes religiosas funden en Caravaca. Serán éstas las que, identificadas con la devoción a la sagrada reliquia, la den a conocer por Europa, América y Filipinas.
BIBL.Robles Corbalán, Juan de, Historia del mysterioso aparecimiento de la Santisima Cruz de Caravaca…Madrid, 1619. (Este autor da una cifra de 2.000 vecinos para 1619, lo que supone 9.000 habitantes). Dionisio Tomás Sanchís