T recuerda en el relato de las Fundaciones (3,16-17) cómo los dos primeros descalzos, Antonio de Heredia y fray Juan de la Cruz, proyectaban ‘irse a los cartujos’. En Sevilla conocerá ‘al santo viejo prior de [la Cartuja de] las Cuevas’, P. Hernando de Pantoja, ‘grandísimo siervo de Dios’ (F 25,9), quien, con sus limosnas, la sacará de apuros en las estrecheces de la fundación hispalense (ib); y más tarde (1578-79), durante las grandes tribulaciones de ese Carmelo, a él recurrirá con extrema confianza, para suplicar su mediación (cta 283: del 31.1.1579). ‘A este santo debemos mucho’ (F 25,9). Pantoja, Hernando de.
Por