Oriundo de la Europa oriental, pasó gran parte de su vida en la Tebaida y en Belén, compartiendo la ascesis y las conferencias de los ermitaños del Yermo. Luego residió en Constantinopla, Roma y Marsella. De sus obras, Teresa cita únicamente las Colaciones (Collationes Patrum), a las que remite dos veces: una, en el Camino de Perfección 19,13, para evocar el episodio del ermitaño Herón, y otra vez en uno de sus Apuntes sueltos (Ap. 4), copiando una sentencia del abad Sereno. Con todo, no es probable que ella leyese directamente las Colaciones, porque aún no habían sido publicadas en castellano.
Por