Sólo sabemos de ella que en agosto de 1582 era novicia en el Carmelo de Burgos; que la Santa la sabía tentada en su vocación (‘no le dé pena…, se le quitará’ esa tentación: cta 464,2); con ese motivo T da consignas a la priora sobre las novicias: ‘siempre tenga aviso de no apretar a las novicias con muchos oficios, hasta que las entienda hasta dónde llega su espíritu. Por esa Catalina lo digo…’ (ib 6). Parece que Catalina no llegó a profesar.
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