Sobrino de T. Nacido en Quito (1560 ó 1561). Hijo de Lorenzo de Cepeda y Juana de Fuentes (‘Francisquito’, le llamará T: cta 172,14). Llegó a Sevilla en 1575, y ahí lo conoció T, que ya antes había pensado en su posible educación en el colegio de los jesuitas de Avila (cta 24,8). Ahora lo sigue con la mirada y el afecto: ‘…a los mis niños, en especial a Francisco, deseo los tengo de ver’ (cta 182,14); ‘a don Francisco me encomiendo mucho’ (345,4); le envía coplas y villancicos para que los cante (172,22); se propone consolarlo tras la muerte de su padre, pues ‘tiene harta soledad’ (350,1); viaja con él a Valladolid, donde Francisco ha de ‘hacer unas escrituras’ (ib 2) para convalidar el testamento paterno. Más tarde, se interesa por su casamiento con una joven segoviana (cta 345,3) y de nuevo, aunque de mal grado, con otra pretendiente, tras la muerte de Lorenzo de Cepeda (cta 353,3: del 9.8.1580). Pero un mes después, el sobrino los sorprende a todos con su decisión de ingreso en el noviciado de Pastrana (cta 356,3). Sólo que, una vez llegado allá, el superior, Padre Doria, lo despide sin admitirlo al hábito (cta 357,10 nota), y él mismo cambia radicalmente de talante: ‘La historia de Francisco nos tiene espantadas a todas. No parece sino que le han deshecho y tornado a hacer’ (cta 359, 2). ‘Está… con tanto miedo de tratar descalzos ni descalzas, que no creo nos querría ver, y a mí la primera… Trata de casarse’ (ib). Por fin, llega a noticia de la Santa que Francisco se ha casado el día de la Inmaculada de ese mismo año (1580). Escribe ella: ‘Ha sido muy codiciado para casarse… se desposó el día de la Concepción con una señora de Madrid’ (8.12.1580). Y agrega, bondadosa: ‘Ha salido hasta ahora muy virtuoso don Francisco, y así espero en Dios lo será, porque es muy buen cristiano’ (cta 363,9). En esa misma carta enumera detalladamente a su otro sobrino Lorencico, hermano de Francisco, la serie de títulos y cualidades de la esposa de éste, doña Orofrisia de Mendoza y Castilla (n.6), ‘que aún no tiene quince años: hermosa y muy discreta’ (ib). Pero ya barrunta la grave situación económica que sobrevendrá a los dos. ‘Si viese la perdición con que anda su hacienda!, y es lástima porque este muchacho no era más de para Dios’, se lo escribe a María de san José, la priora de Sevilla, que se había encariñado con la familia de Lorenzo recién llegada de América (cta 412,11). La misma Santa sufrirá los ramalazos de esa situación económica de Francisco, por obra y gracia de la suegra de éste, doña Beatriz de Castilla. El no parece que haya reanudado relaciones familiares con la Santa. Ni tuvo hijos de su matrimonio. Por fin, acuciado por las necesidad y muy a pesar de su escasa salud, decide regresar a América (1591). No logra sacar de apuros a su esposa, que se ve precisada a malvender la finca de La Serna, de Francisco, en Avila (1593). Él muere en Quito el 17.1.1617, a los 56 ó 57 años de edad, tras vivir 27 años lejos de su esposa. Francisco se había carteado con la Santa (cta 185,1), pero no nos han llegado restos de esa correspondencia. Cepeda, Lorenzo de.
BIBL. Luis Vázquez, Ocho documentos de don Francisco de Cepeda…, En ‘Estudios’ 182 (1993) 39-89.