Hermano de T, predilecto de ella en los años de infancia: ‘Tenía uno [un hermano] casi de mi edad…, que era el que yo más quería’ (V 1,4). Compañero de lecturas, meditaciones (‘para siempre…’) y juegos. Cómplice en la fuga a ‘tierra de moros… para que allá nos descabezasen’ (ib 4-5). Había nacido, probablemente en 1513 (si bien María de san José data su nacimiento el ‘año de once…, de suerte que le llevaba [a T] cuatro años’: Libro de Recr., recr. 8ª). No volverá a ser mencionado en los escritos teresianos. En cambio él, al partir para América en agosto de 1535, renuncia a su legítima materna en favor de T. Y ésta, al ingresar carmelita en la Encarnación (noviembre de ese año), antes de tomar el hábito (ya en 1536), transmite esa legítima a su hermana Juana de Ahumada: ‘…por cuanto Rodrigo de Cepeda, mi hermano, que está ausente, en un testamento que hizo e otorgó ante Alonso de Segovia, escribano público y del número de esta ciudad, me mandó la legítima que a él le pertenecía de la dicha doña Beatriz de Ahumada, nuestra madre ya difunta; por ende, otorgo e conozco por esta presente carta que cedo e renuncio e traspaso para siempre jamás en doña Juana de Ahumada, mi hermana… la legítima que de la dicha nuestra madre pertenece al dicho Rodrigo de Cepeda…’ (BMC 2,95). Rodrigo murió en Sudamérica, probablemente hacia 1557. Comenta la mencionada María de san José: ‘murió mostrando en el fin los buenos principios que había tenido, y yo oí decir a nuestra Madre que le tenía por mártir’ (ib, recr. 8ª). Según Ribera, Rodrigo ‘murió en las Indias en el Río de la Plata, siendo capitán de la gente que allá iba’ (ib p. 53).
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