Carmelita en la Encarnación de Avila, donde tiene a otras dos hermanas. Pariente del marqués de Velada. En 1567 es portera de la comunidad. Y, como tal, hace una meticulosa exposición al visitador general, Rubeo: ‘pide no ser portera, porque no tiene salud para ello, y por humildad, y poseer quince ducados…’ (EstTer 1,300). Su hermana doña Quiteria depone en el proceso de la Santa: ‘Cuando [doña Teresa] salió de este convento a hacer la casa de San José de Avila, sacó consigo una hermana de esta declarante…, que se llamaba Ana de san Juan, natural de Avila…, y que la dicha su hermana y ella volvieron a esta casa…’ (BMC 18,235). Parece ser que, de hecho, Ana ejerció de superiora en San José los primeros meses, hasta que intervino don Alvaro y designó priora a la Santa. Lo resume algo sesgadamente la historiadora de la Encarnación, María Pinel: ‘Ana de san Juan, a quien hizo priora mi madre santa Teresa, y no queriendo aceptarlo por conocer no era justo que la santa le fundase y ella le gobernase, y el señor Obispo hizo que mi madre santa Teresa le tomase’ (Retablo de Carmelitas,p. 51). En octubre de 1577 será una de las firmantes de la carta a la Duquesa de Alba, solicitando su ayuda para liberarse de los castigos ocasionados por la ‘elección machucada’ de la Santa por priora de la Encarnación (cf. Nicolás González, ‘La Encarnación’, 2, 312; todavía en 1580 sigue presente en la comunidad: ib p. 325). Anciana y humilde, Ana había sido la primera priora de la familia teresiana. Terminó sus días en el monasterio de la Encarnación.
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