Insigne padre jesuita. Nacido en Avila en 1536. Ingresó en la Compañía de Jesús el 22.6.1564. Profesó el 20.9.1570. Rector de varios colegios, en 1578 lo es de San Gil de Avila. Es entonces cuando entabla relaciones con la Santa. Después de muerta ella, será provincial de Toledo (1588-1593) y de Castilla (1593-1596). Visitador de Aragón en 1603. Muere en 1606. Siendo rector del Colegio de San Gil, recurre a T para obtener la venida del P. Mariano a Avila, con miras a la conducción de una fuente de agua al Colegio, cosa en que se interesa ella vivamente (cta 247,4 y 258,7). En ese mismo año, el rector, a las órdenes del severo provincial P. Juan Suárez (cta 228), ha intervenido ante la Santa en el malentendido vocacional de otro jesuita, p. Gaspar de Salazar. Gonzalo Dávila remite a la Santa una carta del P. Suárez no exenta de ‘fieros, profecías y amenazas’, urgiéndola además por propia cuenta. La Santa responde al uno y al otro con extrema franqueza y libertad: cta 228, del 10.2.1578 a Suárez; y cta 229, del 14.2.1578 a Dávila. Ambas cartas responden al presupuesto de falsía y doble juego atribuidos a la Santa por los dos destinatarios. Al P. Dávila ella le asegura, entre otras cosas: ‘Ya he dicho a vuestra merced que, haciendo en una cosa lo que me parece debo, que me dio Dios ánimo para con su ayuda pasar todos los malos sucesos que vinieren…’ (229,4). El episodio, aparentemente trivial, se agravaba para la Santa, porque en ese momento ella y su pequeña familia sufrían el acoso del nuncio papal y de la propia Orden. Era a eso a lo que se sumaban las amenazas y profecías de Suárez.
Más tarde, ya en el verano de ese año, el P. Gonzalo reanudará con ella relaciones cordiales, pidiéndole consejo en tema espiritual. Ella le responde con una hermosa carta, enviada desde San José a San Gil (cta 249). Al proceso de beatificación de T aportará el P. Gonzalo un breve testimonio (BMC 18,155). En el epistolario teresiano son dos las cartas dirigidas a él.Suárez, Juan.