Ciudad de la provincia de Sevilla, donde se detuvo T en su viaje de Beas (Jaén) a Sevilla: el 23 de mayo de 1575, lunes de Pentecostés, ella y su comitiva de monjas y colaboradores pararon ‘en la ermita de la gloriosa Santa Ana, que estaba fuera del lugar’. Escribe T: ‘viniendo yo a Sevilla, oímos misa en una ermita en Écija, y en ella nos quedamos la siesta’ (R 40,5). Lugar célebre en la historia de T, porque ahí emitió ella el voto de especial obediencia a Gracián, que luego dejaría consignado en las Relaciones 39 y 40.
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