Carmelita descalzo, compañero de noviciado de Gracián. Nacido en Illana (Guadalajara). Hijo de Martín Hériz y de Catalina Martínez. Tomó el hábito en Altomira en 1572. (Según Gracián, Elías ‘tomó el hábito para fraile lego, porque no sabía sino leer’: MHCT 19, 219, y vol. 3,554, donde Gracián cuenta minuciosamente la historia de su vocación). Profesó en Pastrana el mismo día que J. Gracián: 25.4.1573. Lo había precedido en la orden su hermano Francisco de la Concepción, que profesó en Pastrana el 11.4.1572, y falleció en Mancera en1579. Estudió gramática por su cuenta y luego cursó en Alcalá artes y teología. Adquirió fama de gran predicador en Toledo y Madrid. Rector del colegio de San Cirilo en Alcalá, 1576-1581. Prior de Pastrana en 1583. En 1586 fundó el convento de Toledo, donde siguió de prior. El capítulo de 1587 lo eligió primer definidor y vicario provincial de Castilla la Nueva, de la que fue primer provincial al año siguiente 1588. Fundó el convento de Valencia (19.10.1588), del que fue prior, regresando en 1591 a Toledo, también como prior. Tras la muerte de Doria, es elegido primer general del Carmelo teresiano (23.5.1594), hasta 1600. Por comisión de Clemente VIII, los años 1600-1605 fue asistente de la Reforma de los Trinitarios, de la que fue general. Murió en Ocaña (Toledo) el 1.11.1614. Conoció la beatificación de la Madre Teresa. En los tiempos difíciles de su generalato, promovió la fundación de ‘desiertos’ carmelitas; a él se debe la erección del convento de ‘La Santa’ en Avila; actuó con proverbial moderación y prudencia. Ya la Santa lo designó con el remoquete de ‘Clemente’ (cta 136,8). Hablando de sus años jóvenes, Gracián lo presenta ‘travieso, inquieto y acuchillador’: ‘Cosa maravillosa, que con ser antes de fraile tan inquieto, colérico y acuchillador (que le acaecía, por sólo tener ocasión de reñir y acuchillarse, ir a desjarretar el toro que corrían en otros pueblos), después que tomó el hábito, entre otras virtudes que tiene, es una admirable mansedumbre’ (Peregrinación, diálogo 13: MHCT 19,219-220). ‘General de la Orden y uno de los más insignes de ella’ (ib). Palabras de Gracián que contrastan con la sombra que oscurece las relaciones postrimeras de Elías con él. Uno de los más acreditados biógrafos de Gracián resume así este episodio final: ‘La primera preocupación de Gracián, apenas rescatado del cautiverio [de Túnez], es la de su posible vuelta a la orden. Todavía en tierra africana, desde Tabarca escribe al nuevo superior general, P. Elías de san Martín, que se profesa amigo suyo, diciéndole que gustaría volver a su Religión para servir a sus hermanos y morir en ella como el más mínimo novicio. Apenas desembarcado en Génova, redacta otra carta en los mismos términos, e insiste en una tercera desde Roma en octubre. Después de medio año de espera, recibe por fin la respuesta a su petición, con muchas declaraciones de afecto pero con una negativa rotunda’ (J. L. Astigarraga, MHCT 9, 26). La penosa y sinuosa carta del P. Elías lleva fecha ‘de Toledo, 21 de marzo de 1596 años’ (MHCT 9,600). En el epistolario teresiano son numerosas las alusiones a él, incluso a las cartas que le escribe la Santa. Ninguna de ellas ha llegado hasta nosotros. Francisco de la Concepción (Hériz).
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