Fuente de aguas medicinales en Antequera (Málaga), especialmente indicada contra el mal de piedra. Ahí envía T al menos tres cartas (8, 9 y 10) a Dª Luisa de la Cerda, que ha llevado a su hijo enfermo, Juan Pardo, a la cura de las aguas en la primavera de 1568. La Santa cree en la virtud curativa de la fuente y apoya bondadosamente la decisión de Dª Luisa (cta 9,1). Con todo, el joven enfermo morirá tres años después: 22.6.71 (ctas 37 y 38). En 1577, también Gracián acude a la cura de la famosa fuente (cta 181,2).
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