Obispo de Salamanca (1560-1574), cuando la Santa funda el Carmelo Salmantino y el de Alba de Tormes. Había cursado estudios en la universidad de la ciudad, de la cual luego fue rector. Siendo obispo, asistió a las últimas sesiones del Concilio de Trento, de las que escribió un célebre diario. En 1567 ordenó de presbítero a fray Juan de Santo Matía, futuro san Juan de la Cruz. A él recurre la Santa en 1569, suplicando licencia para fundar el Carmelo de Salamanca: ‘procuré desde allí [Avila] la licencia del obispo que era entonces, el cual lo hizo tan bien, que como el P. Rector [Martín Gutiérrez, S.J.] le informó de esta orden y que sería servicio de Dios, la dio luego’ (F 18,1).
Por