La ciudad de Granada es importante en la historiografía teresiana por ser una de las pocas ciudades que, en vida de la Santa, tuvieron un Carmelo y un convento de descalzos. Y porque en éste ejerció su magisterio fray Juan de la Cruz.
Se fundó en primer lugar el convento de Descalzos, inaugurado el 19.5.1573. Atravesó un primer breve período de dificultades jurídicas y económicas. En 1576, Gracián confirma la fundación (MHCT 1,320). Por fin tiene por prior un largo período: 1582-1588, a San Juan de la Cruz, que escribe ahí, entre otras cosas, su comentario a la Llama de amor viva, dedicado a Dª Ana de Peñalosa, entonces residente en Granada, y da los últimos retoques al Cántico Espiritual, dedicado a la priora del Carmelo granadino, Ana de Jesús. La Santa se limita a hacer alusiones ocasionales a esa fundación y a la presencia en ella de los PP. Gaspar de Salazar, S.J. (ctas 136,11; 150,3; 152,6; 219; 230,13), y J. Gracián (136,11; 176,6; 181,7). Para trasmitir alguna de sus cartas recurre al prior de los descalzos, P. Francisco de Jesús (cf 230,13).
Tiene ella mayor intervención en la fundación del Carmelo granadino. Ya en el verano de 1581 comienza a seleccionar candidatas fundadoras (cta 410,6). A finales de noviembre de ese año, se presenta en Avila fray Juan de la Cruz rogándole emprenda viaje hasta Granada para realizar la fundación.(ctas 417 y 421). No lo consigue, pero la Santa se apresura a designar el grupo de fundadoras: tres de Avila, dos de Sevilla, tres de Beas, entre ellas a la M. Ana de Jesús, nombrada priora del grupo, y todavía tres más de Villanueva de la Jara (ctas 418,2; 421,7). Desde Beas a Granada acompañan al grupo fray Juan de la Cruz y Pedro de los Angeles. Durante siete meses los acogen en su propia casa don Luis de Mercado y su hermana Ana de Peñalosa. Venciendo por fin la oposición del Arzobispo de Granada, logran convertir en monasterio la casa de los Duques de Sessa. Ahí disfrutan de la dirección espiritual del santo fray Juan, que es confesor de la comunidad. Entre tanto, habían llegado a Burgos noticias poco favorables a los trámites llevados a cabo por la fundadora M. Ana de Jesús. Y la Santa reacciona enviando a ésta la famosa ‘carta terrible’ (cta 451: del 20.5.1582, cuando todavía reside el grupo en la casa de don Luis de Mercado), en que no ahorra reproches y palabras fuertes a la destinataria: ‘pido a vuestra reverencia que mire que cría almas para esposas del crucificado, que las crucifique en que no tengan voluntad ni anden con niñerías’ (ib 9). ‘Mire que es principiar en nuevo reino…’ (ib).
En el Libro de las Fundaciones ya no pudo historiar la Santa lo ocurrido en Granada. Escribiría esa historia la propia Ana de Jesús por orden del P. Gracián el último año del provincialato de éste (1585). Y cuando ambos se decidan a publicar por primera vez el Libro de las Fundaciones de la Santa (Bruselas 1610), Gracián lo completará con el capítulo escrito por la M. Ana, añadido al final del libro con el título: ‘Esta es la fundación del convento de San Josef de Granada, que siendo perlado el P. fray Jerónimo Gracián de la Madre de Dios, mandó a la M. Ana de Jesús se la escribiese’ (pp. 352-370). Firmada al final del relato: ‘Ana de Iesus’ (p. 370). Había sido el propio P. Gracián quien presidiera el traslado de la comunidad a la casa definitiva. Escribe la M. Ana: a la nueva casa ‘nos pasó con gran secreto vuestra paternidad, que vino entonces desde Baeza a trazar nuestra comodidad’ (ib p. 368). También Gracián relata la fundación del Carmelo granadino en su ‘Historia de las Fundaciones’, c. 13 (MHCT 3, 637-640).