La fundación de Granada es la única de las realizadas en vida de la Santa en la que ni ella interviene, ni ella relata en el libro de sus Fundaciones.Sin embargo, envía como ejecutores a dos personajes eminentes: a san Juan de la Cruz y a la Madre Ana de Jesús (Lobera).
Hacía dos meses y medio que la Santa estaba en Ávila arreglando ciertos desajustes conventuales de San José, cuando llega fray Juan de la Cruz con la petición de fundar allí. Parecía que hombres graves y señoritas nobles de la Ciudad ponían a disposición del P. Diego de la Trinidad, Vicario entonces de Andalucía, todo lo que fuera menester.
Convencida la Madre de su necesidad de ir a la inminente fundación de Burgos, comisionó a los anteriormente dichos para que vieran el modo de llevarla a efecto.
De pronto, todo se volvieron sombras. La ayuda prometida no se daba y el obispo negaba su licencia. Con todo, la comitiva fundacional partió para Granada el 15 de enero de 1582. Lo malo fue que al llegar, hasta el que había arrendado la casa se negó a ello al enterarse de que era para convento. Menos mal que una santa viuda, dirigida de fray Juan de la Cruz y llamada doña Ana de Peñalosa, les acogió en su casa, si no, se hubieran visto en la calle.
Visita la venerable Ana de Jesús nuevamente al obispo y, ¡qué casualidad!, aterrorizado por un rayo que cayó en su dormitorio la noche anterior, le concede inmediatamente la licencia temiendo no fuese aquél una advertencia por su negativa.
Total que la fundación se inauguró en casa de esta señora el 20 de ese mismo enero de 1582, bajo la advocación de San José.
Todavía permanecieron aquí las religiosas durante seis meses hasta que se pudo alquilar una casa. Al año siguiente y con las dotes de ciertas señoras ricas que habían tomado el hábito, compraron definitivamente el palacio del Duque de Sessa, antaño propiedad del famoso Gonzalo de Córdoba, más conocido con el nombre de el Gran Capitán.
Aquí se conservan entre otras reliquias teresianas, algunos fragmentos de su carne; su Renuncia a la Regla mitigada; la cruz y el báculo usados por la Santa; algunos presuntos autógrafos de las Exclamaciones; y la celda de la venerable M. Ana de Jesús en la que la Santa Madre se le apareció apenas muerta, para devolverle la salud. Ana de Jesús (Lobera).
BIBL.Documentación sobre la fundación del Carmelo granadino puede verse en la BMC 6,391-398. La edición crítica del texto de M. Ana, a cargo de A. Fortes, en la misma BMC 29, pp. 69 y ss. (todo el volumen dedicado a la persona y la obra de M. Ana). Cf. la relación del P. Jerónimo Gracián, en MHCT 3, 638 ss., y sobre todo, la biografía de M. Ana por Angel Manrique, La venerable madre Ana de Jesús, discípula y compañera de la s. m. Teresa de Jesús, y principal aumento de su Orden, fundadora de Francia y Flandes, Bruselas, 1632; T. Alvarez, San Juan de la Cruz de Ubeda a Segovia. Relato del traslado de sus restos mortales, 1593, en MteCarm. 99 (1991), 273-317; I. Moriones, Ana de Jesús y la herencia teresiana, Roma 1968.
Fernando Domingo