Jesuita, gran amigo y confidente de la Santa, sobre todo al fundar ésta en 1570 el Carmelo de Salamanca. Nacido en Almodóvar del Campo (Ciudad Real) en 1524. Siendo estudiante de medicina en Alcalá, practica los ejercicios espirituales y se decide a ingresar en la Compañía (1550). Novicio aún, va a Salamanca (1551), donde cursa teología. Es sucesivamente rector de los colegios de Plasencia, Valladolid y Salamanca. Destinado a América, no llega a realizar el viaje. En cambio, su presencia e influjo en Salamanca fueron decisivos: obtuvo la incorporación de su colegio a la Universidad (enero de 1570), intervino ese mismo año en el sínodo diocesano, y también ese año se encontraron en la ciudad él y la Santa, quien había venido a fundar invitada precisamente por él mismo: ‘Estando entendiendo en esto [fundación de Toledo], me escribió un rector de la Compañía de Jesús de Salamanca, diciéndome que estaría allí muy bien un monasterio de estos, dándome de ello razones…’ (F 18,1). El fue uno de los primeros en acoger a la Madre a su llegada a la ciudad, la proveyó de los indispensables enseres del ajuar casero, y celebró la primera misa en el nuevo Carmelo (cf Ribera 2, 16, p. 246 y BMC 20, 28-29)). La mutua comprensión en el campo espiritual fue profunda (cf la declaración de uno de los jóvenes jesuitas de entonces, en BMC 18,377, sobre las frecuentes conversaciones de uno y otra). Muy probablemente él es el destinatario de la famosa Relación 15, en la que, luego de referir el éxtasis del día segundo de Pascua, le dice T: ‘como vuestra merced se fue ayer tan presto y yo veo las muchas ocupaciones que tiene para poderme yo consolar con él aun lo necesario, porque veo son más necesarias las ocupaciones de vuestra merced, quedé un rato con pena y tristeza…’ (R 15,4). Y concluye enviándole el mensaje: ‘Díjome [el Señor]: Él [el P. Martín] va ahora bien y me agradan sus obras’. Y todavía sigue aludiendo a otras conversaciones místicas tenidas entre ambos. El P. Martín murió en Francia a mano de hugonotes que lo encarcelaron, cuando acudía a Roma a la tercera congregación general de la Compañía, el año 1573. Su prisión y muerte llegaron a noticia de la Santa (Ribera 4, 11, p. 410-411), que se apresuró a escribirlo a Roma a su compañero de prisión, ya liberado, P. Gil González (BMC 18,379). No se conservan cartas de T a él. Jesuitas.
BIBL.Camilo Abad, El venerable padre Martín Gutiérrez, de la Compañía de Jesús. Su vida y pláticas sobre los dos modos de oración.Comillas, 1957.