Mercader amigo de la Santa. Vecino de Salamanca. Casado con Ana de la Fuente, de quien tuvo diez hijos. Seis de sus hijas entraron desde niñas en la Encarnación de Avila. ‘La mayor de todas se llamaba María de san Pedro, bautizada el 13 de mayo de 1534 y había profesado a los trece años. La seguía Ana María de Jesús, bautizada el 7 de agosto de 1537, y había entrado a los nueve años; profesó a los veinte; convivió con Teresa de Jesús doce años en su celda. Jerónima de san Agustín recibió el bautismo el 2 de abril de 1541; Isabel de Jesús, el 10 de enero de 1544; Juliana de la Magdalena, el 18 de febrero de 1546, y Juana Bautista, el 28 de junio de 1553. No tenemos datos sobre su ingreso. Una sétima hermana, Elena del Sacramento, bautizada el 20 de abril de 1556, fue religiosa agustina descalza’ (N. González, La Encarnación…, 2,351). El Libro de Becerro del monasterio añade que ‘fueron compañeras de celda en esta casa de mi madre Santa Teresa, y a todas las sacó para las fundaciones. Algunas se volvieron y otras se quedaron en la descalcez’. Ana María de Jesús depuso extensamente en el proceso de beatificación de la Santa (BMC 2, 441-456). Nicolás Gutiérrez había firmado una pingüe dote a favor de sus hijas de la Encarnación, ya el 18 de junio de 1551 (ib 1, 341). Se hizo famoso por la ayuda prestada a T en la fundación de Salamanca. Fue él quien logró desalojar a los estudiantes de la casona alquilada por aquélla, que hace su elogio al historiar la fundación salmantina: ‘harto siervo de Dios. Había ganado de Su Majestad, con su buena vida, una paz y contento en los trabajos grande, que había tenido muchos y vístose en gran prosperidad y había quedado muy pobre, y llevábalo con tanta alegría como la riqueza’ (F 19,2 y 9).
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