Marido de la hermana mayor de Teresa, María de Cepeda. Casaron en Villatoro (Avila) en enero de 1531. Fijaron su residencia en Castellanos de la Cañada (Avila), donde acogieron a Teresa convaleciente de la enfermedad contraída en Santa María de Gracia (V 3,3), y de nuevo al salir de la Encarnación camino de Becedas (V 4,6). Don Martín quería entrañablemente a T (V 3,3), y la acompañó en sus viajes de ida y vuelta a Becedas. El y María de Cepeda tuvieron varios hijos, dos de los cuales Diego de Guzmán y el alcantarino Juan de Jesús mantendrán especial relación con la Santa, después de la muerte del padre, acaecida repentinamente (V 34, 19) en 1557. Pero, probablemente, a su iniciativa se debió el escandaloso pleito entablado entre los hermanos de T, al rechazar el testamento del padre de éstos, don Alonso (diciembre de 1543). Pleito que rompió la armonía familiar, que acabó de arruinar a la familia, y que se arrastró a lo largo de siete años, con incalculables sufrimientos para la Santa, enredada inevitablemente en la disensión familiar, por ser ella uno de los albaceas del testamento paterno. Todavía en 156l, ante el peligro de que el otro cuñado, Juan de Ovalle, reanude la pendencia del viejo pleito, la Santa recordará con tristeza, en carta a Lorenzo de Cepeda: ‘… harto mal se vendió todo y lo destruyó. También Martín de Guzmán llevaba sus intentos (Dios le tenga en el cielo), y se lo dio la justicia, aunque no bien…’ (cta del 23.12.1561, n. 7). Cf Serrano y Sanz 2, 494ss.
Por