Era uno de los varios hospitales de pobres y enfermos, existentes en Burgos en tiempo de T. Estaba situado en el Barrio de Vega, parroquia de San Cosme, extramuros de la ciudad, cercano a la residencia del que fue médico de la Santa, Antonio Aguiar. Fundado por Diego Bernuy (1564), que previamente lo había donado a la Cofradía de Nuestra Señora de la Concepción (1.7.1562). Pese a las precariedades de su tiempo, era copioso y bien servido. Constaba de enfermería, cocina, capilla, botica y otros locales. ‘La enfermería destinada a los hombres, con capacidad superior a las 30 camas y otra convenientemente separada para las mujeres con un número de camas igual a la anterior… Pero, lo más importante es que, además de sus excelentes instalaciones… [el hospital] contaba con los mejores servicios médicos de la ciudad’ (A. Ibáñez, Burgos en el siglo XVI. Burgos 1990, p. 529). La Santa logró instalarse en él gracias a la bondad del tesorero y administrador Hernando de Matanza. Le dieron ‘unas piezas en lo más alto a tejavana’ (F 31,27). En realidad eran ‘dos piezas y una cocina’ (ib. 28). Desde ahí escribe agradecida: ‘Bien nos va en el hospital’ (cta 433,1). El generoso Hernando de Matanza, luego ‘nos dio otras dos [piezas] para locutorio’ (ib 28). Era pleno invierno burgalés. Su enfermera dice de la habitación de la Santa: ‘Era un cuarto muy desabrigado, que para la enfermedad que la Santa tenía, pasó harto trabajo’ (BMC 2,172). Con todo, unas semanas después, urgida por la necesidad de poner en marcha su Carmelo, vuelve a escribir: ‘querríamos salir de ese hospital, porque tenemos harta apretura’ (cta 436,1). En él residió desde el 23.2.1582, hasta el 25 o 26 de marzo siguiente. Lo más importante de esa experiencia fue que la Santa pudo ahí tratar directamente con los enfermos y moribundos. Lo refiere con viveza su propia enfermera y compañera, Ana de San Bartolomé: trato con los enfermos, regalos que les hace, asistencia a ciertas curas dolorosas etc. (BMC 6,378; 18, 236-237; MHCT 5,19-21).
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