Residente en Toledo. Casada con Diego de San Pedro de Palma. Dos de sus hijas, Juana del Espíritu Santo e Inés Bautista, ingresaron en el Carmelo de Toledo hacia el 14 de julio de 1570, contrariando al parecer la voluntad de sus padres. Por ello, la Santa escribió enseguida una carta a aquél (cta 26), y una segunda renunciando a las legítimas de sus hijas (cta 27). Bien pronto quedaron satisfechos, tanto del contento de las hijas como de la cordialidad de la Santa. Sabiendo que ésta se halla enferma, doña Catalina la regala con mantequilla y membrillos, que la Santa le agradece con un nuevo billete (cta 29, del 31 de octubre de 1570).
Por