Carmelita y gran colaboradora de la Santa. Nació en Avila. Hija de Francisco Alvarez de Cepeda y María de Ahumada, hermano y prima respectivamente de los padres de T. Ella y su hermana Ana de la Encarnación ingresaron muy jóvenes en la Encarnación de Avila. Inés a los 15 años. De ella vale lo declarado por su hermana Ana en el proceso de la Santa: ‘conoció a T… por espacio de 30 años, poco más o menos, y como 20 años poco más o menos la trató estando en el monasterio de la Encarnación … en su misma celda’ (BMC 18,19). Las dos ayudaron a T en la fundación del Carmelo de San José y estuvieron presentes a la inauguración (1562). Más tarde (1567), Inés y su hermana acompañaron a la Santa en el viaje (cf F 3,4) y fundación de Medina del Campo, donde Inés quedó de priora y Ana de supriora. Inés acompañó de nuevo a T en abril de 1571 para resolver problemas de esta misma comunidad. El Provincial, contrariado, las hizo regresar a Alba, nombrando priora en su lugar a Dª Teresa de Quesada, traída de la Encarnación de Avila. Refiere Ribera: ‘Estando pues las dos bien descuidadas [Inés y T], envíalas el provincial un mandato con graves censuras, que luego el mismo día salgan de Medina… Ellas obedecieron con humildad sin detenerse más de lo que fue menester para buscar en qué ir, y aquella misma noche salieron para Alba’ (Ribera 3, 1, p. 222). Pero vuelven de nuevo a Medina por orden del Visitador dominico, que nombra priora a la Santa y supriora a Inés (julio de 1571). Poco antes, el 13 de julio de ese año, estando aún en Avila, las dos renuncian solemnemente a la Regla mitigada, renuncia aceptada por el Visitador, Pedro Fernández, ya en Medina el 6 de octubre siguiente (cf EstTer 1, 203). En agosto de ese año firman las dos, día a día, el cuaderno de gastos de la comunidad medinense: T como priora, Inés como supriora (BMC 5, 370…). Ese mismo año, al regresar T a Avila como priora de la Encarnación, Inés asume el cargo prioral en Medina, y permanece en él hasta 1580. En mayo de 1578, se interesa por la salud de la Santa, que desde hace más de cuatro meses sigue con su brazo dislocado, y le envía la famosa curandera de Medina a que se lo recomponga (cta 244,4: de 7.5.1578). En ella había pensado la M. Fundadora para priora de la proyectada fundación de Madrid (cta 328,4, a Gracián: 15.1.1580) y luego para la futura fundación de Burgos (cta 380,1: 12.3.1581 y F 31, 11). En cambio, Inés acompaña a T a la fundación de Palencia (diciembre de 1580), donde queda de priora varios años, y donde recibe una última carta de la Santa (cta 437: del 26.3.1582), atribulada por las dificultades de la fundación de Burgos, solicitando la mediación de Inés ante el Obispo palentino, don Alvaro de Mendoza. En 1588 se interesa por lo tramitado en el capítulo de Madrid (MHCT 3, 311). Espíritu atento a la marcha de la familia teresiana, se cartea con otras carmelitas de relieve. Elegida nuevamente priora de Palencia (1.7.1592), años después regresa a Medina del Campo, donde fallece siendo de nuevo priora el 22.4.1601. Sus relaciones con la Santa están bien documentadas en el epistolario de ésta. Nos quedan poco más de dos cartas de T a Inés de Jesús. De ésta nos han llegado restos de su carteo con otras carmelitas, especialmente con Catalina de Cristo (la fundadora de los Carmelos de Soria, Pamplona y Barcelona), sobre la que escribió además dos relaciones informativas (cf BMC 28, pp. 76 y 80-84). Ya en vida de Inés, había trazado su semblanza Ana de san Bartolomé (hacia 1598): entre las ‘mujeres de valor y espíritu’, destacan, según ella, las ‘dos primas hermanas de la Santa Madre…’, Inés de Jesús que ‘era la primera en todo’, y Ana de la Encarnación, que ‘ha sido mujer muy santa y de extremada caridad’ (MHCT 3, 311-314; 5, 107-108). Cepedas.
Por