Carmelita muy estimada de T por optimista, emprendedora y buena escritora. En el epistolario teresiano se la llama comúnmente ‘hermana San Francisco’. Nació en Villacastín (Segovia) hacia 1547. Hija de Pedro Narro y Ana de Vega. Ingresó en el Carmelo de Toledo, donde profesó el 21.11.1574. Unos meses después (febrero de 1575) acompaña a la Santa a la fundación de Beas (Jaén) e inmediatamente a la de Sevilla. Formaba parte del grupo valiente definido por la Santa: ‘seis que venían conmigo eran tales, que me parece me atrevería a ir con ellas a tierra de turcos’ (F 24,6). Por iniciativa de Gracián pasa al convento de carmelitas calzadas de Paterna (Huelva) como superiora (desde octubre de 1576 a diciembre de 1577: cf MHCT 3,586). En 1590, también por iniciativa de Gracián (MHCT 19,248), irá de fundadora al Carmelo de Sanlúcar la Mayor, y posteriormente de fundadora y priora al Carmelo portugués de Cascais (1599), y al no llegar a lograrse esta fundación pasará al Carmelo de San Alberto de Lisboa (1603), donde vivirá 22 años, será priora dos trienios (1607 y 1615) y tendrá que asistir a las tribulaciones de su antigua priora María de San José (Salazar). Fallecerá en Lisboa el 22.2.1622 (si bien la lista de profesiones de Toledo sitúa su muerte en Alba). – La hermana Isabel mantuvo intensas relaciones con la madre T: ‘conoció a la dicha madre Teresa de Jesús de vista y trato y conversación tiempo de veinte meses, poco más o menos, en las casas de San José de Toledo, y San José de Beas, y San José de Malagón y en Sevilla…’ (BMC 19,182). Mantuvo intenso carteo con la Santa, que ‘se holgaba grandemente’ con sus cartas y sus relatos de crónica casera (cf ctas 132,4; 159,10: 162,6…; 412,6): ‘A la hermana San Francisco, que sea buena historiadora para lo que pasare con los frailes’ (109,3). Después de los procesos y tribulaciones del Carmelo de Sevilla, ‘cuando se acaben estos nublados, lo ha de saber relatar todo la hermana San Francisco’ (284,7). Pero que no sea ampulosa ni hiperbólica: ‘si la hermana San Francisco fuere la historiadora, no encarezca, sino muy sencillamente lo que ha pasado’ (294,16). La Santa tiene que enfadarse por alguna de esas cartas de Isabel (319,14; 330,8), pero pronto vuelve a tener ‘gran recreación’ con las misivas de la misma (357,10; 366,7). Llega a pensar la Santa que de no ser priora de Sevilla María de san José, Isabel podría ocupar su puesto (290,3); y de hecho será priora de la casa al cesar la madre María (1585). Durante ese trienio prioral tendrá especiales relaciones con san Juan de la Cruz: siendo éste Vicario provincial de Andalucía, extenderá a favor de la madre Isabel la licencia (firmada por él) para trasladar el convento de la calle de la Pajería a ‘las casas que eran de Pedro de Morga junto a la Santa Cruz’ (BMC 13,299: con fecha 12.4.1586). Y el mismo fray Juan de la Cruz presidirá el traslado de la comunidad: ‘ya estoy en Sevilla -escribe el Santo- en la traslación de nuestras monjas, que han comprado unas casas principalísimas’ (cta 5, a Ana de san Alberto: junio de 1586). No nos ha llegado ninguna misiva del carteo recíproco entre Isabel y la madre T. Pero, estando aquélla en Sanlúcar la Mayor (1596), testificó en el proceso de la Santa (BMC 19, 183-186), refiriendo entre otras cosas haber tenido en sus manos el autógrafo de las Moradas, entonces ‘en poder de … Pedro Cerezo Calvo, vecino de Sevilla’ (ib 186). El cronista portugués, P. Belchior le dedica un amplio y elogioso recuerdo (Chronica,1, n. 709, pp. 586-590).
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