Es una de las más aventajadas discípulas de la Santa. Nació en Cardeñosa (Avila) el 25.3.1537. Hija de Juan de Ortega Sedeño y de María de Vergas. Huérfana de madre a los 4 años y de padre a los 14, se educó en casa de su tío Antonio de Vera Bracamonte, en Avila, donde se confesó con san Pedro de Alcántara, que fue quien la propuso a la Santa (cf Reforma 1,2,1, p. 207). Ingresó en San José en octubre de 1563, tomando el hábito al año siguiente (4.10.1564) y profesando el 21.10.1565. Viajó con la Santa a Toledo, donde quedó de priora (1569: primera priora no procedente de la Encarnación). A los pocos meses hubo de trasladarse a Pastrana como priora del nuevo Carmelo. ‘Es esta priora grandísima sierva de Dios’, apunta la Santa (F 23,8), al referir cómo ella atrajo al P. Gracián, entonces estudiante en Alcalá, al noviciado de Pastrana.
A pesar de su gran tacto en el trato con la princesa de Eboli, a los cinco años escasos hubo de emprender la retirada de toda la comunidad de Pastrana al recién fundado Carmelo de Segovia (1574). Refiere Julián de Avila: ‘Llegamos a Pastrana lo más secreto que pudimos , y hablamos a la priora que era Isabel de Santo Domingo, y ella, que no estaba descuidada ni poco deseosa de verse salida de allí, concertóse con quien nos diese cinco carros en que viniesen las monjas y algunas alhajas que ellas debían haber llevado… Y concertamos de salir a media noche, sin que la princesa lo sintiese…’ (Vida de Santa Teresa…,Madrid 1881, p. 275). También en Segovia, la madre Isabel quedó de priora de la comunidad: 1574-1588. Ahí conoció a fray Juan de la Cruz.
Después de muerta la Santa, la madre Isabel pasa a fundar el Carmelo de Zaragoza (1588), con gran complacencia del arzobispo, don Andrés de Bobadilla. En 1598 fue nombrada priora del Carmelo de Ocaña (Toledo), erigido apenas tres años antes, de donde regresaría a su antiguo Carmelo de Segovia, y de éste a San José de Avila (1604), donde todavía ejerció el cargo de priora de 1606 a 1610, y donde falleció el 13.6.1623, después de haber celebrado la canonización de la Santa. La madre Isabel había depuesto dos veces en su proceso de beatificación: en Zaragoza, el 1595 (BMC 19, 75-101), y en Avila 1610 (BMC 19, 457-517). Conservamos una carta de la Santa a Isabel, congratulándose por la persona de Gracián, al conocerlo en Beas: ‘él es cabal en mis ojos’ (cta 81,2). Cuando en 1581 cada Carmelo envió a la Santa el memorial destinado al capítulo de Alcalá, escribió ésta a Gracián: ‘sólo el [memorial] de su amiga Isabel de Santo Domingo venía bien’ (cta 376,10).
Bibl.M. Bautista de Lanuza, Vida de la bendita Madre Isabel de Santo Domingo, compañera de Santa Teresa… Madrid 1638; Reforma 4,16, cc. 7-11, pp. 338-362; HCD 9, 231-259; MHCT 9, 13-20 (carta de Gracián a la M. Isabel, año 1572).