Además de designar al esposo de la Virgen María o a los Carmelos fundados por la Santa, en sus cartas Josef es criptónimo con que designa a Jesucristo (generalmente, al Jesús de su experiencia mística) por los años 1576-1581: ‘gran cosa hacen las palabras de Josef’ (145,7). ‘Tratándolo con Josef, me dijo…’ (145). ‘Estando la negra de Ángela [Teresa] hablando una vez con Josef, díjola…’ (117,1)…
En una de las cartas aparece cierta ‘doña Josef’, que no es un criptónimo, sino que designa a una religiosa que quiere hacerse carmelita en Burgos, a lo que se opone la Santa. T escribe a la navarra Leonor de la Misericordia (Ayanz y Beamonte): ‘Esta su doña Josef es buen alma, cierto, y muy para nosotras; mas hace tanto provecho en aquella casa, que no sé si hace mal en procurar salir de ella; y así se lo defiendo [impido] cuanto puedo, y porque he miedo hemos de comenzar enemistades’ (449,5). Se trata, seguramente, de doña Josefa de Alava, noble navarra, pariente de Leonor, que tras anular ciertas capitulaciones matrimoniales (a la manera de Leonor misma), había ingresado en las Huelgas de Burgos en 1570 y, al conocer a la Santa (1582), quiso pasar al Carmelo burgalés, como hicieron otras religiosas de su monasterio. ‘Doña Josef’ era sobrina de don Francés de Alava, célebre embajador de Felipe II ante el rey de Francia.
BIBL.P. Rodríguez – J. Rodríguez, Cartas de Felipe II a su embajador en París (1564-1570). San Sebastián 1992, pp. 25-28).