Carmelita oriundo de Sicilia: ‘el siciliano’, lo llama T. Durante la visita del general de la Orden, J. B. Rubeo, éste lo delega (con patente del 9.2.1567) para visitar el convento de Toledo, juntamernte con otros dos delegados carmelitas. El P. Mariano di Leone era Procurador General de la Orden en la corte de Madrid. Con ese título intervendrá en abril de 1567 en el capítulo provincial de Avila, presidido por Rubeo mismo. Son importantes los datos que de él nos aporta la Santa: en mayo de 1578, cuando ya se habían enmarañado las relaciones entre descalzos y calzados (llegada del nuncio Sega, prisión de san Juan de la Cruz, brotes de recelo entre T y el P. General, etc.), en Madrid se han puesto al habla el descalzo Ambrosio Mariano y el P. di Leone; éste ha escrito a T con propuestas positivas; parece proyectar un viaje a Avila con Ambrosio Mariano para hablar con la Santa; ésta desea que a tal encuentro se asocie el P. Gracián; en caso de no ser así, todavía desea ella que Gracián dialogue personalmente con el P. di Leone; le interesa ese proyecto de diálogo para restablecer o revalidar las relaciones con el P. General, Rubeo. ‘Si es como dice este fraile [di Leone]…, lleva mucho camino a acabarse por esta vía los negocios con nuestro padre general…’ (cta 244,2-3: al P. Gracián; con fecha 7.5.1578). Ignoramos el desenlace de tan buenos intentos. Quizás fueron sofocados por la irruencia de los acontecimientos.
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