Carmelita, cuya vocación es uno de los episodios más singulares de los primitivos carmelos teresianos. Leonor es navarra. Nacida en el palacio de Guenduláin el año 1551. Fueron sus padres los caballeros navarros don Carlos de Ayanz y doña Catalina de Beamonte y Navarra. Primera de los siete hijos de este matrimonio. Huérfana de madre a los nueve años. Educada cuidadosamente. Gracián, que la conoció bien, escribe de ella: ‘Tenía habilidad rara en escrevir, pintar, saber latín y en las demás labores y ejercicios de mujeres’ (MHCT 3, 620; lo repetirá en las Escolias…, p. 417). De hecho, Leonor se demostrará luego excelente escritora del castellano clásico. Estaba adornada además de excepcionales cualidades de mujer y singulares dotes de gobierno. Gracián prosigue que su talento estaba ‘acompañado con prudencia varonil, que cuando ella gobernaba en ausencia de su hermano el pueblo de Guinduláin, de donde eran señores, estaban bien contentos sus vasallos: era de las más queridas y estimadas de Pamplona, donde residía’ (ib). ‘Era esta sierva de Dios agradable, porque en lo interior era un serafín de condición y alma, y en lo exterior un ángel de rostro y buena gracia’ (ib).
Sus relaciones con la Santa se intensificarán con ocasión de la fundación del Carmelo de Soria (1581), donde Leonor reside temporalmente en el palacio de la fundadora, Beatriz de Beamonte. Aunque casada desde el 18.10.1569 con su primo don Francés de Beamonte y Navarra (sobrino de dicha doña Beatriz), ambos se ponen de acuerdo en la disolución del matrimonio (16 de noviembre de 1581). Y el 12.1.1582 ella tomó el hábito de carmelita en el Carmelo de Soria. Y aunque su marido pasó por crisis y momentos de retractación, Leonor profesó al año siguiente (12.1.1583). Aquí recibió la noticia de la muerte de la Santa, que le había escrito una última carta poco antes de salir de Burgos (cta 456). Luego, acompañó a Catalina de Cristo en la fundación de Pamplona (diciembre de 1583), proyectada el año anterior por la Santa misma de acuerdo con Leonor (‘Con nuestro Padre [Gracián] puede vuestra reverencia tratar lo de Pamplona’, le había escrito T el 6 de mayo de 1582: cta 444,4). De nuevo acompañó a Catalina de Cristo en la fundación de Barcelona (camino de Tudela, el Pilar de Zaragoza, santuario de Montserrat, llegando a Barcelona el 14.6.1588). Aquí pudo asistir a la muerte de la venerable priora (M. Catalina: 3.1.1594), escribiendo luego su biografía por indicación del famoso Domingo de Jesús María (Ruzola). En 1604, ella misma hizo el traslado de los restos de su querida y venerada Catalina de Cristo, de Barcelona a Pamplona: acontecimiento también relatado por ella (BMC 28, 222-230). Y aquí, en el Carmelo de Pamplona, fallecerá Leonor el 23 de noviembre de 1620, a los casi 70 años de edad.
En la biografía de Leonor hay que destacar especialmente dos datos: el especial afecto y admiración que le profesó la Santa, y su acierto en escribir la meritísima biografía de Catalina de Cristo, titulada ‘Relación de la vida de la venerable Catalina de Cristo’,editada recientemente por P. Rodríguez e I. Adeva, Burgos, BMC 28, 1995.
Del afecto que le profesó la Santa nos queda el testimonio de las tres cartas que le escribió el último año de su vida (1582): ctas 444. 449. 456. Beamonte, Beatriz de. Beamonte y Navarra, Francés.