Son dos hermanas. Madrileñas. Hijas de Antonio de León y de Ana Osorio. Ambas piden con insistencia a la Santa el ingreso en un Carmelo. Ella les responde (cta 265) sugiriéndoles esperar, en vista de las turbulencias del momento (1578) y en espera de la fundación de un Carmelo en Madrid. Inés (apellidada Vázquez, y en el Carmelo: Inés de la Encarnación) prefiere no esperar, e ingresa en Toledo (1579), donde profesa el 10.4.1580. Ahí convivió temporadas con la Santa, quien la define así: ‘cierto, es un ángel. Hase holgado mucho conmigo’ (cta 313,3). En Toledo falleció ya en el siglo siguiente (1635). En cambio, a su hermana Isabel la va reteniendo T en espera de la fundación del Carmelo madrileño. Así se lo propone expresamente (cta 313 y de nuevo en 314), asegurándole a la par y para su tranquilidad que ya está admitida en el Carmelo de Salamanca. Isabel se sirve del prior de la Roda, Gabriel de la Asunción, para insistir en su ingreso (ctas 316,8 y 318,11). En esta última carta, confiesa la Santa que ‘yo la detengo [a Isabel], hasta ver si con lo que tiene puede ayudar a la fundación de allí’, de Madrid (diciembre de 1579), momentáneamente impedida por las exigencias del cardenal Quiroga. Pero al año siguiente es una enfermedad la que retiene a Isabel, que al reponerse escribe a la Santa que ‘no han bastado los males para quitar el buen propósito que tenía’ (cta 336,2), es decir, que persiste en su vocación. Por última vez aparece Isabel en el epistolario teresiano ya en 1582, enferma todavía, pero persistente en sus deseos, y la Santa decidida a recibirla (cta 431, 6). De todo ese carteo nos han llegado sólo cuatro cartas de la Santa a las Osorio: una a las dos hermanas (265), y tres a Isabel (313,314,336). T falleció sin lograr la erección de un Carmelo en Madrid.
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