Caballero de Alba de Tormes, cuñado y gran colaborador de la Santa. Hermano de Gonzalo de Ovalle. Casado con Juana de Ahumada, hermana menor de T. En el proceso de beatificación de ésta (Alba, abril de 1592) declaraba él mismo: ‘el año de 53 este testigo se fue a desposar a Avila, de donde su padre le envió a llamar, y la dicha Teresa de Jesús al presente estaba en el monasterio de la Encarnación, y con ella en el dicho monasterio estaba seglar su hermana doña Juana de Ahumada, y en casa de un primo suyo, Diego de Ovalle, se desposaron por mano del obispo Soto, siendo provisor, y que desde este tiempo conoce a la dicha Teresa de Jesús’ (BMC 18, 125). El ‘Soto’ aquí mencionado era el futuro obispo de Albarracín y Segorbe e Inquisidor, Francico de Soto y Salazar, a quien someterá su espíritu la Santa (R 4,6).
Como se ve, aunque vecino de Alba y regidor de la villa en 1592, Juan de Ovalle era oriundo de Avila. Había sido soldado en los ejércitos de Carlos V. Instalará su residencia en Alba, y de su esposa tendrá cinco hijos, de los que sobrevivirán sólo dos, Gonzalo y Beatriz. A causa del penoso pleito promovido por la hermana mayor de su esposa, María de Cepeda y su marido Martín de Guzmán y Barrientos, contra los otros hermanos al morir don Alonso Sánchez de Cepeda, Ovalle está en relaciones tensas con sus cuñados. Todavía en 1561 teme la Santa que Juan de Ovalle les ponga pleito: ‘sería destruir sus hijos’ (los hijos de doña María: cta 2,7). Pero ya en esas fechas era sumamente adicto a la Santa, y al ser llamado por ella, se traslada a Avila y colabora en la erección del Carmelo de San José, prestando sus brazos y su nombre para la obra: ‘…se hizo el monasterio en la [casa] que estaba mi cuñado, que, como he dicho, la había él comprado por disimular mejor el negocio…’ (V 36,5). El mismo Ovale refiere: ‘para la fundación de estos monasterios…, le envió a llamar [la M. Teresa] a Alba, donde estaba, y vino para este efecto a la ciudad de Avila con su mujer e hijos y su casa el año de 1561, donde ella [la Santa] estuvo gran parte de este tiempo entendiendo en esta fundación’ (BMC 18, 125). Certifica igualmente ‘que este testigo anduvo muchas veces con ella, que siempre iba en su coche o carro cubierto…’ (ib 126). ‘La trató… desde el año de 53, que se desposó con su hermana de la dicha, hasta que murió, que fue el año de 82’ (ib 127). Fue él quien la llevó a Toledo en 1562, al palacio de doña Luisa de la Cerda (ib 129), e igualmente al llegar a Sevilla don Lorenzo de Cepeda y familia, allá bajó Ovalle con toda su familia, para acompañarlo por tierras andaluzas y castellanas.
El epistolario teresiano está salpicado de alusiones a este buen servidor. Se conservan 20 cartas dirigidas a él o a su familia. La Santa estará en desacuerdo con él sobre dos temas: la famosa ‘calleja’ que quieren adquirir las monjas de Alba, a lo que se opone Ovalle (cta 39,3), y mucho más en el espinoso asunto de las calumnias a su hija Beatriz, que él lleva, según la Santa, con cierta indolencia (cta 402,10). Según ésta, Juan de Ovalle es de temperamento algo celoso y sensiblero, que ella en algún caso tildará de ‘aniñado’ (cta 115,3: única vez que ella usa ese vocablo). En sus relaciones con Lorenzo, tiene celos de la confianza de éste con Perálvarez Cimbrón. Escribe la Santa a Su hermano Lorenzo, apenas llegado a Avila: ‘Juan de Ovalle me ha escrito una carta muy larga, adonde encarece lo que quiere a vuestra meced y haría en su servicio, y toda su tentación fue el parecerle que era Cimbrón toda la cosa… Ellos son celos todo su sentimiento…, porque tiene esta condición, que harto pasé con él porque éramos amigas doña Guiomar y yo… El es de condición, en cosas, muy aniñado… Y así, por amor de Dios, que vuestra merced lo sobrelleve’ (ib ).
Después de muerta la Santa, don Juan lee sus obras, lee también la biografía escrita por Ribera (BMC 18,130), asiste personalmente a su sepultura y porteriormente venera sus restos mortales. Depondrá en su proceso de Beatificación (BMC 18,125-130), y abogará por la devolución de sus restos mortales de Avila a Alba, declarando en el proceso en 1587, y de nuevo en 1592 (cf MHCT 6, pp. 401-403 y 553-554). Juan de Ovalle, que había nacido hacia 1527, murió en Alba de Tormes en 1595. Ahumada, Juan de.