Monasterio de monjas carmelitas (OCarm), en la provincia de Huelva, fundado en 1537. Contaba con una comunidad reducida, quizás no superior a las 12 monjas. Entra en la historia y en el epistolario de T con motivo de la visita realizada por el P. Gracián. Cuenta éste que para librarlas de falsos rumores y calumnias, ordenó él que se integrasen a su comunidad tres monjas del Carmelo teresiano de Sevilla, nombrando priora a una de éstas, con la misión de poner orden en la vida religiosa de la casa. Tarea difícil, que en un primer momento tuvo la aprobación de la Santa, quien anteriormente había temido recayese sobre ella el encargo (R 50). ‘Mucha envidia he habido escribe a las que fueron a Paterna’ (cta 152,2: del 26.11.1576: con numerosas alusiones en el carteo de 1576-1577). Se alegra ella de que se hayan disipado los falsos rumores esparcidos contra aquéllas: ‘Hogádome he de que no sea verdad lo de las cigarras [criptónimo por las calumniadas de Paterna]’ (cta 154,2). Pero luego, al complicarse la situación, prefiere que las tres descalzas vuelvan al Carmelo de Sevilla (cta 198,6; 221,2). El episodio lo refiere varias veces Gracián (MHCT 2,66-67; 3,586-7; 19,318-9), que llega a tener un duro calificativo para dicha comunidad (ib 2, 66: ‘gente la más perdida’). Isabel de San Francisco.
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