Villa de la provincia de Salamanca, adonde se refugia Gracián en el verano de 1578, al verse hostigado por el nuncio papal Felipe Sega, que en julio de ese año lo ha depuesto de su cargo de visitador, anulando todas sus decisiones (MHCT 2,20-25). Ahí le dirige T las cartas 252 y 254 (agosto de 1578), enviándoselas ‘por la vía de Mancera’ (cta 254,1). Ahí, en Peñaranda, se sentirá gravemente enferma T en su postrer viaje, de Burgos a Alba (septiembre de 1582). Refiere su enfermera Ana de san Bartolomé: ‘cuando llegamos a un lugarito cerca de Peñaranda, iba la santa Madre con tantos dolores y flaqueza, que la dio ahí un desmayo…’ (MHCT 5, 23). En el proceso de beatificación (tribunal de Salamanca) declaró en 1604 y 1610 don Alonsode Bracamonte, ‘conde y señor de la villa de Peñaranda’ que ‘a la dicha santa madre Teresa de Jesús la tuvo y hospedó en su casa en la villa de Peñaranda’, y eso ‘las veces que iba a sus fundaciones de sus monasterios’ (BMC 20, 136.137).
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