Caballero abulense que durante más de 40 años es mayordomo del monasterio de la Encarnación y cuida con gran esmero la administración de los bienes del monasterio, tanto en Avila como en los aledaños (Origüelos=Orihuelos, Galindos, Grajos, Sanchizquierdo, Blascopascual, Mancera, Salamanca…), a veces asistiendo personalmente a los pleitos en nombre del monasterio, o bien recurriendo ante el Concejo de la ciudad, o incluso pidiendo personalmente limosnas para redimir las deudas de la comunidad.
Sigue de mayordomo, relativamente joven, durante el trienio prioral de la Santa (1571-1573). Antes de terminar ésta su priorato, el mayordomo y ella se cartean sobre el modo de aliviar la situación económica del monasterio: lo hace ella desde Segovia: ‘Yo traigo por acá mirando si puedo coger algo para de que me vaya’, le dice en septiembre de 1574 (cta 74,2). Poco antes había intercedido ante la priora del Carmelo de Valladolid: ‘Si tiene por allá quien me preste algunos reales…, porque no llevo blanca, y para ir a la Encarnación no se sufre, y aquí no hay ahora disposición… Poco o mucho me los procure’ (cta 71,5). El mayordomo nos ha trasmitido una sola carta de la Santa (74), muy elogiosa para él. N. González, La Encarnación 2, 325.332.335.