Carmelita en la Encarnación de Avila. Interesante en la biografía de la Santa por su presencia en el Carmelo de Medina del Campo. Es hija del ‘alcalde Joanes’ y de Inés de Quesada, que también pasará los últimos años de su vida como seglar en la Encarnación, donde, además de Teresa, residen otras tres hermanas de ésta: Inés de Quesada (que ingresó niña de seis años 1526, y será priora en dos ocasiones: 1592, y 1603), Isabel de Guzmán e Isabel de Salazar, ésta última como seglar. Tenía aun otra hermana monja en las Gordillas, Ana de Quesada. Teresa de Quesada ya es capitular en 1536. En 1567, al hacer la Santa su primera correría de fundadora, aquélla fue una de las cuatro monjas de la Encarnación que emprendieron el viaje, a pesar de la oposición que en el monasterio se hizo a su partida (F 3,2.4). En el Carmelo de Medina adoptó el nombre de Teresa de la Columna. Aquí, ocurre un episodio fulminante. El provincial carmelita impone precepto de obediencia a la Santa y a la priora Inés de Jesús, de partir inmediatamente para Avila, y nombra priora del reciente Carmelo a la carmelita venida de la Encarnación, Teresa de Quesada o de la Columna. De noche y en pleno invierno regresaron a Avila aquellas dos. Era a mediado de diciembre de 1570. El priorato de Quesada fue brevísimo, porque el visitador pontificio Pedro Fernández, pronto nombró en su lugar a la propia Madre Teresa, y aquélla regresó definitivamente a la Encarnación (finales de julio de 1571?). Ribera (p. 222) dice que el priorato de Quesada ‘duró poco tiempo, porque ella no se hallaba bien, y se volvió presto a la Encarnación. Y así estuvo el monasterio de Medina sin priora casi medio año’. En el monasterio abulense, Teresa de Quesada era cofrade de la ‘Hermandad de Nuestra Señora de la Transfixión’, que en 1567 había sido consolidada y copiosamente dotada por su hermana Isabel de Salazar (cf N. González, El Monasterio de la Encarnación,1, 225). Teresa no está presente en el listado de la Respuesta a un desafío (1572). Y no es ella sino precisamente su hermana Inés de Quesada quien integraba el trío que servía a fray Juan de la Cruz: ‘aderezaban la comida en una cocina que tenían para ello… e [Inés] era su mayordoma e mandaba e regía lo que se les había de dar a los dichos frailes, los cuales vivían con mucho recogimiento’ (ib 2, 362: testimonio de Juan de Rodea, que hacía de medianero entre el monasterio y la casita de fray Juan). Inés de Quesada, ya nonagenaria, depone en 1610 ante el tribunal de Avila para el proceso de beatificación de T, y se presenta así: ‘Esta declarante [Inés] nació en la ciudad de Valladolid, y que ha sido priora dos veces en este convento y tenido otros oficios, y está en este convento desde que tenía seis años; y ha mucho que profesó, que es desde que tenía doce años, que era antes del concilio tridentino, y que esta declarante es de más de 90 años’ (BMC 19,412).
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