La serie de escritos teresianos reunidos bajo el epígrafe «Relaciones» o «Relaciones y mercedes» (en algunas ediciones recientes: «Cuentas de conciencia») no constituye un libro con unidad interna, sino que es un repertorio de piezas heterogéneas: relatos autobiográficos de vivencias interiores, consultas espirituales selladas de secreto (en algún caso: «mire vuestra merced que todo esto va debajo de confesión»: 3,13), apuntes sueltos a modo de instantáneas para uso estrictamente personal, formulación y motivaciones del voto de obediencia al director espiritual, avisos a los frailes carmelitas descalzos, etc.
Destacan en la serie las seis piezas primeras, más extensas, con destinatario preciso en alguno de sus confesores o asesores. Las 61 restantes son de formato menor, algunas con destinatario impreciso, otras estrictamente íntimas, para uso de la autora misma.
La reunión de las 67 piezas en un solo grupo no fue obra de la autora, sino de sus editores. Ya fray Luis de León publicó varios fragmentos como anexos al Libro de la Vida, páginas 545-560 de su edición príncipe. La fijación del bloque de las 67 es obra del editor crítico P. Silverio de santa Teresa (BMC 2, 3-87).
1. Datación
La composición de este florilegio místico alcanza una dimensión de 21 años, que cubren casi todo el período literario de la Santa: la Relación 1ª está escrita en 1560; la sexta y última, en 1581. A pesar de ignorar la fecha exacta de gran parte de los sucesos místicos y de la fecha redaccional de los mismos, podemos ordenarlos cronológicamente en cuatro grupos:
1°, años de la fundación de San José de Avila, 1560-1563: escribe las Relaciones 1-3, emparentadas con el Libro de la Vida y dirigidas a los primeros confesores dominicos, Pedro Ibáñez y García de Toledo.
2°, años de preparación e ingreso en las Moradas séptimas: números 7-36. Desde 1569 hasta 1573. Las últimas de la serie, ya bajo la dirección de san Juan de la Cruz. En la Relación 25 comienza la serie de La Encarnación de Avila. La Relación 35 señala el ingreso en la etapa de las moradas séptimas.
3°, años de crisis y conflictos: delación de ella a la Inquisición de Sevilla, y secuestro de su Libro de la Vida, por los inquisidores de Valladolid y Madrid: desde 1575 hasta 1577 (?). Tres grupos diversos: nn. 39-40, voto de obediencia a Gracián (1575); Relaciones 4-5, motivadas por la delación de la Santa a la Inquisición de Sevilla y dirigidas al jesuita Rodrigo Alvarez (1575-1576); nueva serie de gracias místicas, nn. 37 y 42-45.
4°, años finales (1575-1581). Continúa la serie de gracias místicas personales (Relación 6, y nn. 46-67). Sobresalen dos piezas de calidad: los cuatro avisos a los descalzos (n. 67: junio de 1579), y la extensa Relación 6a, dirigida al obispo Alonso Velázquez (1581).
Aun a pesar de la inseguridad de ciertas dataciones, ese orden cronológico permite seguir el crescendo de la vida mística de T, desde la experiencia de su propia alma iluminada por la gracia, hasta la inmersión en el misterio trinitario o en los afanes de su tarea fundadora.
2. El texto de las Relaciones
Son pocos los autógrafos que nos quedan de estos 67 escritos teresianos. Ni siquiera poseemos una edición crítica del conjunto, medianamente atendible. Sin embargo, hecha excepción de la R 38, el lector puede tener la seguridad de poseer textos sustancialmente genuinos. Los principales autógrafos llegados hasta nosotros son los siguientes:
R 4, al P. Rodrigo Alvarez, conservada en doble autógrafo: uno completo, en los PP. Carmelitas de Caprarola (Italia), y otro incompleto en la iglesia del Oratorio (padres filipenses) de San Miguel de Allende (Méjico).
R 6, dos fragmentos del texto enviado al Dr. Velázquez, conservados en las Carmelitas de Santa Ana de Madrid.
R 7, cífra de su muerte: una octavilla que se conserva en las carmelitas de Medina del Campo.
R 8, fragmento conservado en las carmelitas de Lucena (Córdoba).
R 15, la conservan, casi íntegra, las carmelitas de Locarno (Suiza).
R 39, esbozo del voto de obediencia a Gracián: se conserva en los Carmelitas de Puebla (Méjico).
R 40, texto extenso del mismo voto de obediencia, conservado en dos autógrafos: uno en las carmelitas de Consuegra (España), el otro en las carmelitas de Chichester (Inglaterra).
R 67, con los «cuatro avisos a los carmelitas»: se conserva incluido en el autógrafo de las Fundaciones, fol 100r (Biblioteca del Escorial).
3. El contenido de las Relaciones
Se trata de un repertorio complejo. No tiene contenido homogéneo. Ya el P. Silverio de Santa Teresa subdividió el grupo en Relaciones espirituales (1-6), y Mercedes de Dios (7-67). Las Relaciones 1-6 son materiales de dirección espiritual. Escritas para el confesor de turno (1-3 y 6) o bien para un asesor advenedizo (4-5). A este último se le ofrece en la R 5 una panorámica del proceso místico de la propia Santa, preludio del esquema de las Moradas. En parte son también de ese tenor algunas de las Relaciones menores, destinadas igualmente a un confesor. Así, por ejemplo, la R 15 («diráme vuestra merced, de que me vea…»), las del voto de obediencia a Gracián (39-40: «dése al P. Maestro Gracián»), y la 29 («escríbame vuestra merced su parecer»).
Muchas de las restantes probablemente formaban parte del «cuadernillo» a que alude la autora (R 60), hoy perdido. Pero se trataba de un cuadernillo íntimo, escrito para obedecer a la sugerencia de la voz interior, que le había intimado: «No dejes de escribir los avisos que te doy, por que no se te olviden… Tiempo vendrá que los hayas todos menester» (R 28), sugerencia interior de fecha incierta. De atenernos a la fecha f?jada por el P. Silverio: «en la Encarnación, año de 1572», nos coloca al final del período extático o «desposorio místico» de la Santa. Según ello, ¿sería entonces cuando ella escribe retrospectivamente las Relaciones anteriores de ese cuadernillo? Lo cierto es que las siguientes ya las escribirá sobre la marcha, a medida que va recibiendo del Señor esas «mercedes». Justamente a partir de la R 35 todas ellas corresponderán a la última fase de la vida espiritual de la Santa: sus séptimas moradas.
Desde el punto de vista del contenido, hay un dato constante en la serie de Relaciones menores. La Santa se propone expresamente recoger en su cuadernillo «las palabras» que el Señor le dice. Con una pequeña variante: las palabras textuales de su Señor van precedidas casi siempre de un «díjome» o «me dijo». Las otras van precedidas de un «entendí» o «se me dio a entender». Pero en todo caso, el cuadernillo es fundamentalmente un reportaje unilateral del diálogo permanente entre T y su Señor. A veces Teresa anota las palabras de los dos. Más frecuentemente la palabra de El solo. Ahí reside la singularidad de estos retazos aparentemente inconexos de textos teresianos.
Sólo excepcionalmente consigna la Santa palabras de mensaje, destinadas a otras personas. Así por ejemplo en las Relaciones 59 y 64. Pero sobre todo en la Relación última (67), que contiene los famosos «cuatro avisos», expresamente insertados en un libro con destino público (las Fundaciones), y transmitidos a los destinatarios expresamente «de parte» del Señor.
Tanta variedad de matices quizás dificulte al lector de hoy la comprensión de este pequeño florilegio teresiano. En cambio en él tiene la posibilidad de asistir en directo a una serie de instantáneas de la experiencia mística de Teresa.
Notemos por fin que en la serie se ha filtrado una breve Relación ciertamente espuria, la marcada con el número 38, aún hoy tenida por auténtica en algunas ediciones de las obras de la Santa. Escritos.
Bibl. M. Andrés Martín, Erasmismo y tradición en las Cuentas de Conciencia, en ‘RevEspir’, 40 (1981) 253-275; T. Alvarez, Estudios Teresianos, II (Burgos 1996) 167-258 (sobre las Relaciones 4. 7. 38. 39-41).
T. Alvarez