Es el santo Patriarca de Valencia, coetáneo de T. No mencionado expresamente por ella. Pero ambos mantuvieron reiterada correspondencia epistolar. Ribera nació en Sevilla (1532), hijo de Pedro Enríquez y Afán (duque de Alcalá y marqués de Tarifa, futuro virrey de Cataluña y de Nápoles), y de doña Teresa de los Pinelos. Estudió en Salamanca (1544…), donde fue discípulo de Soto, Cano, Sotomayor, etc. Llegará a ser virrey de Valencia (1602). Nombrado en 1562 obispo de Badajoz, tuvo noticia de la Santa a través de don Alvaro de Mendoza, con ocasión del sínodo compostelano de Salamanca (1565), donde coincidieron ambos obispos. Recordando a don Alvaro, escribe Ribera: ‘el cual era muy devoto suyo [de la M. Teresa, en 1565] y amigo mío, y así habíamos hablado muchas veces de ella… en el sínodo provincial compostelano que se celebró en Salamanca…’ (carta introduct. a las Constituciones de la Santa, edic. de 1714, p. 26). Elevado en 1568 a la sede episcopal de Valencia, y ‘oyendo que la madre Teresa de Jesús había comenzado a fundar algunos monasterios en los cuales se llevaba esta forma de vivir, procuré el año 71 que viniera a esta ciudad a fundar un monasterio…; y la madre respondió que lo hiciera de buena gana (porque ya tenía alguna noticia de mí por medio del rev. don Alvaro de Mendoza…), pero que el monasterio no podía ser sujeto al Ordinario sino a los padres carmelitas descalzos… Con esa respuesta quedé sin esperanza de la venida de la madre, pero no sin los mismos deseos que siempre..’ (ib pp. 25-27). Nuevo cruce de cartas entre el Patriarca y la Santa en 1580-1581, en un nuevo intento, también fallido, de realizar la fundación de Alcoy: fallido siempre por el mismo motivo: que Ribera no renunciaba a tener un Carmelo teresiano bajo su jurisdicción. Por fin, en 1595, cuando ya las carmelitas de la madre Teresa se han instalado en Valencia (1588), funda él su monasterio alcoyano de religiosas agustinas, pero instruidas en las teresianas por carmelitas llevadas de Valencia, y rigiendo el convento (y los monasterios filiales) por las Constituciones de la Santa. Ya en 1595 había abierto en Valencia el proceso de beatificación de la madre Teresa (BMC 19, 129). Anteriormente había promovido la edición del Camino de Perfección (Valencia 1587), última antes de la realizada por fray Luis en Salamanca (1588). También Gracián refiere sus relaciones personales con el santo Patriarca, y la estima en que tuvo éste la famosa Relación 40, cuyo autógrafo pudo venerar el arzobispo con ocasión del proceso de san Ignacio de Loyola (MHCT 19, 164; 9, 381). Cf EstTer 2, 313-336.
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