Vecino de la villa de Malagón (Ciudad Real). Modesto mercader, tratante en ganados. Pero gran amigo y colaborador de la Santa desde que la conoció al fundar ésta el Carmelo malagonés (1568). Estará presente en el epistolario teresiano hasta 1581. Acompañó a la Santa en el viaje a Sevilla. También en el regreso de Sevilla a Toledo, en que sucedió el incidente de la ‘salamanquesa’: ‘la asió mi hermano y la arrojó y dio con ella a Antonio Ruiz en la boca’ (cta 108,9). Y añade: ‘que [Antonio] nos ha hecho harto bien en el camino’ (ib). Lorenzo y él quedaron muy amigos (cta 142,1). Las carmelitas de Sevilla seguían adeudándole dinero, y la Santa insistiéndoles para que lo saldasen, dada la pobreza de Antonio (cta 146,2; 148,8: ‘es conciencia no se lo dar luego, que ya ve su necesidad’, escribe T). Por esas fechas (finales de 1576), Antonio había enfermado de gravedad (158,4). La Santa le encarga servicios de confianza en la construcción del futuro edificio de Malagón, y él la satisface a la perfección (cf 124,11). Todavía en 1581, cuando T prepara viaje de Avila a Burgos, comparece Antonio ofreciéndose de acompañante. Escribe ella: ‘Antonio Ruiz vino aquí [a Avila] tres o cuatro días ha, que en todo su seso pensaba irse conmigo …, y me dio dos piezas (creo que son de 4 escudos) para que las envíe a vuestra reverencia [a Gracián]’ (421,3). Es decir, desde su pobreza Antonio aporta ocho escudos a Gracián, de quien también se había hecho amigo.
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