Llevaba la advocación de Santa Ana el convento carmelita de Medina del Campo, donde ingresó y cantó misa fray Juan de la Cruz, y donde T tuvo plena ayuda para la fundación del Carmelo medinense (F 3, 3.7): ahí era prior el P. Antonio de Jesús Heredia. A la misma santa Ana estaba dedicada la ermita en que fundó el Carmelo de Villanueva de la Jara, que mantuvo esa advocación (F 28,38). La ermita había sido erigida por ‘un clérigo de Zamora que había sido fraile de nuestra Señora del Carmen: era devoto de la gloriosa santa Ana’ (ib 44). También la última fundación de la Santa su Carmelo de Burgos llevó la advocación de san José y Santa Ana, o más exactamente: ‘fundación del glorioso San José de Santa Ana’ (F 31, tít).
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