Carmelita de la provincia de Andalucía. Coetáneo de T. Cursó estudios en la Universidad de Salamanca (1551…). Hombre de valor, pero enredado en las intrigas y disensiones de su provincia en aquel momento. Es hermano del carmelita Fernando de Ulloa, adversarios ambos de la facción capitaneada por los hermanos Nieto (Melchor Gaspar y Baltasar). Miguel de Ulloa es fundador y prior del convento de Utrera. Depuesto por el provincial, es reintegrado en el cargo por el visitador general, P. J. B. Rubeo (1566), que además lo honra con el título de ‘defensor Ordinis’. Nombrado prior de Sevilla en el capítulo provincial de ese año, persevera en el cargo hasta 1569 (cf RR 40, n. 93). Al emprender su Visita el dominico Francisco de Vargas, se ve precisado a desterrarlo de Andalucía (1571), notificándolo expresamente al P. General, porque fray Miguel y su hermano Fernando ‘han sido causa de todas las pasiones y alteraciones de esta provincia por sus ambiciones’ (MHCT 1,123-124). Ulloa no obedece: ‘celebra [misa] estando descomulgado’ (ib 252). De nuevo actúa como prior de la numerosa comunidad de Sevilla en 1575, y el nuevo visitador, P. Gracián, tendrá que castigarlo y aceptar su renuncia al cargo, si bien alegando, por parte del depuesto, razones de gravísima enfermedad (ib p. 294). Será este hombre polémico el encargado de intimar a la Madre Teresa, en Sevilla, la orden venida de Piacenza, no ya de que está excomulgada como le han dicho, sino de que se recluya en clausura y no funde más. Escribe ella misma al P. General Rubeo: ‘Yo supe la acta que viene del capítulo general para que yo no salga de una casa. Habíala enviado aquí el P. provincial fray Angel al padre Ulloa con un mandamiento que me notificase…. Debe haber poco más de un mes que yo procuré me lo diesen, porque lo supe por otra parte’ (cta 102,11: desde Sevilla, a principios de 1576). Ignoramos el tenor exacto de lo notificado por Ulloa a la Santa. Pero ella estaba al corriente de las pendencias entre este hombre y los visitadores. Era del pasado 21 de noviembre el ‘rebate’ de Gracián dentro del convento sevillano, gobernado por Ulloa (cf Rel 50; y cta 359,4).
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