Además del voto de obediencia emitido por T al profesar en 1537, y renovado por orden del Visitador Pedro Fernández en 1571 (MHCT 1,113), hizo ella un especial voto de obediencia al P. Jerónimo Gracián, visitador apostólico de los carmelitas de Andalucía (1575). El mismo Gracián había mandado a T emprender viaje desde Beas (Jaén) a Sevilla, para fundar un carmelo en esta ciudad, a pesar de haberlo prohibido el P. general J. B. Rubeo (ib 1, 66). Fue durante ese viaje, en torno a la fiesta de ‘Pascua del Espíritu Santo, estando en Ecija’, cuando ella se decidió por sí misma a emitir el voto. Teresa había recordado intensamente otra gracia pentecostal recibida en esa fiesta (V 38,9), y ha tenido que vencer su instintiva repugnancia interior. Ocurría eso el día 23 de mayo de 1575 (lunes de Pentecostés), en la humilde sacristía de la ermita de Santa Ana, afueras de Ecija.
T hizo del voto una breve relación (R 39, en mi edición), y luego una segunda más extensa. De ésta ella misma hizo una copia destinada a Gracián (R 40 a/b de la misma edición). Poseemos los autógrafos respectivos: de la redacción primera (R 39), se halla el autógrafo en los carmelitas descalzos de Puebla de los Angeles (México); de la redacción extensa, se conserva un autógrafo en las carmelitas descalzas de Consuegra (Toledo), con el epígrafe: ‘Es cosa de mi alma y conciencia. No la lea nadie aunque me muera, sino dése al P. Maestro Gracián’. Un segundo autógrafo de esta misma se conserva en las carmelitas descalzas de Chichester (Inglaterra), con el sencillo epígrafe: ‘Son cosas de conciencia’. Fue este último el manuscrito entregado por T al destinatario, que lo retuvo consigo hasta el final de sus días en Bélgica (cf la edición crítica de esos textos en Estudios Teresianos II, 229-257).
T. Alvarez