1. Ávila, ciudad natal de Teresa, es una población importante en la Vieja Castilla del siglo de oro. A poca distancia de Madrid-Valladolid-Salamanca. Instalada en lo alto de la meseta castellana, a más de 1100 m. sobre el nivel del mar. Ceñida por el cinturón guerrero de sus murallas medievales, que en lo más alto incorporan el bastión de la catedral. Climáticamente adusta, de cariz y estructura guerrera, de población sobria y caballeresca, fiel a su historia secular, constelada de palacios y blasones nobiliarios. El de los Vela se yergue cercano a la casa solariega de Teresa. Justamente definida o apodada 'Ávila de los caballeros'.
2. Hacia 1561, en vida de Teresa, Ávila cuenta en su seno unos 3.156 vecinos (es decir, aproximadamente la misma cifra de familias: unos 10.000 habitantes). Es una de las ciudades más pobladas de Castilla la Vieja, únicamente superada por Valladolid, Segovia y Salamanca. Con más alto número de habitantes que Burgos y León. La población abulense está distribuida en seis cuadrillas (San Juan, Santisteban, San Pedro, San Andrés, La Trinidad y San Nicolás): La más numerosa es la de San Juan, a la que pertenece la familia de Teresa.
3. Está regida por los señores del Concejo, presidido éste por el regidor (o regidores) y, en nombre del rey, por el corregidor. Al menos en dos ocasiones Teresa tendrá fuertes roces con el Concejo de la ciudad: en 1562, con ocasión de la fundación de San José y a causa del canal que surtía de agua al vecindario; y en 1577, cuando es secuestrado fray Juan de la Cruz. En ambos casos el asunto desbordará al Concejo urbano y pasará a la Corte; en el caso segundo, Teresa misma recurrirá al rey a favor de fray Juan.
4. Ávila, lo mismo que la Castilla del quinientos, es continuadora de la sociedad española del medioevo, en la que habían convivido con relativa armonía las tres religiones: cristianos, musulmanes y judíos. Ahora, en el siglo de Teresa, han surgido fuertes tensiones entre los tres grupos: entre cristianos y musulmanes (moriscos) tras la caída de Granada. Teresa aludirá desde niña a la hostil 'tierra de moros' y al posible martirio en ella, así como más tarde a las revueltas de Sevilla y a la guerra de las Alpujarras (cta 347,14). Pero mucho más tensa y dramática es la tensión judeocristiana a partir de la expulsión de los judíos a finales del siglo anterior. Especialmente en Ávila. Aquí se había orquestado el proceso del 'Niño de la Guardia', seguido del terrible auto de fe en el 'brasero de la dehesa' cerca del puente de Sancti Spiritus (1491), que inmediatamente desembocó en la expulsión de 1492. Numerosas familias de mercaderes judíos abandonaron sus casas de la Caldeandrín, precisamente donde poco después instalará su tienda de mercader el padre de Teresa. Asimismo la comunidad carmelita de la Encarnación se instala primero en el caserón de la Calle del Lomo que había sido sinagoga judía, y luego erige el monasterio definitivo en un solar que fuera 'osario de los judíos'. Pero, una vez desterrados éstos, la tensión se trasladó, intensificada, a los judeoconversos y a su descendencia, que no podrá alegar limpieza de sangre ni ocupar relevantes puestos sociales. Teresa proviene de este último grupo (cf Ficha 11), si bien ella nunca acuse síntomas de dicha tensión, ni en su persona ni en su familia. Pero ineludiblemente fue ésa la atmósfera que ella respiró.
5. La vida activa dentro de la ciudad es intensa y compleja. En el detallado censo de 1561 podemos destacar los oficiosy servicios más numerosos. Ese año había en la ciudad: 20 molineros, 25 escribanos y otros tantos hortelanos, 28 arrieros, 31 labradores, 32 calceteros, 47 canteros, 64 tejedores de paños o de lienzos, 81 carpinteros, 95 sastres, 100 zapateros, 102 perailes ('oficiales de la lana') etc. Obviamente, la industria fuerte de la ciudad era ésta de la lana, que seguía exportándose, aunque con dificultad, a las naciones del norte. La familia de Teresa niña pertenecía al grupo de los mercaderes de paños, que sumaban en total 16 oficiales. Esas cifras, tan elevadas, contrastan con el exiguo número de 'maestros de niños', solos 5, once abogados, un alcaide de la fortaleza, un cuadrillero, cuatro regidores Son pocos los oficios asignados a las mujeres: 7 labranderas, 13 lavanderas, 12 hilanderas (más 7 hilanderas de torno), una agujetera, 21 panaderas No es fácil asignar a Teresa uno de esos puestos de trabajo. Su padre (y familia) pertenece al grupo de mercaderes. Pero con posesiones y labores rurales en Gotarrendura.
6. La ciudad contaba con un alto número de pobres. Para ellos existían los 'hospitales', que no siempre se dedicaban a la cura de enfermos, sino más bien al alojamiento provisional o nocturno de mendigos, enfermos y vagabundos. En la ciudad y su entorno existían al menos nueve pequeños 'hospitales': el de Santa Escolástica, el de las Ánimas, de San Vicente, San Segundo, San Martín, la Trinidad, Nuestra Señora de Sonsoles, San Julián, y el de Dios Padre. El de Santa Escolástica se hallaba casi limítrofe con la casa solariega de la familia Cepeda-Ahumada. Era normal que Teresa niña o joven se cruzase más de una vez con los numerosos pobres y enfermos que por allí merodeaban. Uno de sus amigos, Gaspar Daza había promovido la fundación de la 'Cofradía de la Misericordia', para el socorro de pobres y desvalidos.
7. Ávila, en cuanto a clima social, usos y costumbres, e incluso en su estructura urbana, refleja todavía el papel clave desempeñado por la ciudad en la reconquista de la península. Entre los abulenses se cuenta (y revive) la gesta legendaria de la heroína doña Jimena, que en ausencia de guerreros en la ciudad, convoca a las mujeres y las disfraza de soldados para defender exitosamente las murallas contra una avanzadillaenemiga. En la ciudad alienta el espíritu guerrero. De Ávila siguen saliendo capitanes para las guerras de Africa, de Navarra (donde participará el padre de Teresa), y de Italia. En Italia muere Juan, el hermano mayor de Teresa. Al reclamo bélico de las Indias se pliegan todos los otros hermanos varones. Es cierto que al afán conquistador de éstos, Teresa instintivamente le da una versión misionera: los millones de almas que allí se perdían!. Más tarde se aclara las ideas. Cuando se anuncie la guerra entre Castilla y Portugal, en la que deberán intervenir por uno y otro bando amigos de Teresa, ella se horroriza y a uno de éstos le escribe que prefiere morir a ver una guerra más entre cristianos. De niña había tenido que asistir de cerca a la guerra de los 'comuneros', que habían instalado en Ávila su cuartel general.
8. La vida, las usanzas, y la misma imagen de Ávila, berroqueña y erguida en fortaleza y bastión guerrero, influirán en la personalidad de Teresa, en su manera de ser y de pensar, en la imaginería de sus escritos, incluso en el más egregio de sus símbolos, el castillo interior. No sólo porque Teresa vivió el primer tercio de su vida dentro de los muros de la ciudad y los siguientes treinta años teniendo ante sus ojos la estampa de la muralla o el bastión de la catedral, sino porque fue esa la atmósfera que respiró ella y que compartieron la mayoría de sus seres queridos.
9. En el ambiente social de entonces, era deprimente el culto de la honra, hasta derivar en la mentalidad y las leyes de la pureza de sangre. Teresa protestará insistentemente contra lo primero, la negra honra, y no se plegará a las exigencias sociales de la pureza de sangre (no la admite en sus Constituciones), ni en su léxico habrá cabida para el concepto de cristianos viejos. Se mofará, como veremos enseguida, de la jerga de los títulos y tratamientos nobiliarios: Dios me libre de estos señores que todo lo pueden!, pero compartirá con la masa popular la veneración a ultranza del rey, a quien conceptúa 'defensor de la cristiandad'.
- Santa Teresa: Datos generales
- Ávila y su entorno
- Santa Teresa en la España del siglo XVI
- Teresa ante las clases sociales de su tiempo
- Ambiente y nivel culturales
- La mujer coetánea de Teresa. cultura y nivel social
- El entorno de religiosidad popular
- Teresa en la mira de la inquisición española
- En la estela de la contrarreforma y de trento
- El clero coetáneo de teresa